Madame de Maintenon, la esposa secreta de Luis XIV

De gran belleza y muy disciplinada, es una de las mujeres más importantes de la historia gala del siglo XVIII

Por hola.com

Françoise d’Aubigné (1635-1719), más conocida como Madame de Maintenon, es probablemente uno de los personajes relacionados con la dinastía Borbón menos conocidos, si bien su impronta será de vital importancia en los últimos años del reinado del Luis XIV de Francia (1638-1715), el llamado Rey Sol, con el que contraerá matrimonio secreto en 1683. Mujer de gran belleza, muy disciplinada y sobre todo poseedora de una habilidad innata para sortear los peligros de la corte de Versalles, donde siempre fue percibida como una intrusa ávida de poder y dinero, la Madame de Maintenon es una de las mujeres más importantes de la historia gala del siglo XVIII, una vez que sería en gran parte responsable de eventos claves, especialmente el estallido de la Guerra de Sucesión española en 1701. Hoy ocupa estas líneas su biografía.

Nace la futura Madame de Maintenon el 25 de noviembre de 1635 en la prisión de Niort, en la región francesa de Poitou-Charentes. Su padre, Constant d’Aubigné (1585-1647) y su madre, la segunda esposa de d’Aubigné, Jeanne de Cardilhac, habían sido encarcelados allí a causa de unas deudas impagadas. El padre de la pequeña Françoise era ya un conocido de la justicia, una vez que quince años antes había protagonizado un sórdido episodio en el que d’Aubigné había acabado con la vida de su primera mujer y el amante de ésta. Pese a tener sangre noble, d’Aubirgné se había caracterizado por llevar una vida disoluta y controvertida que le llevaría después a embarcarse en arriesgadas expediciones a las Antillas. Así, d’Aubigné, tras el paso por la prisión, se dirige con su esposa y sus tres hijos -Françoise era la pequeña, siendo precedida por dos varones - a la isla de Martinica, donde Françoise pasará los primeros seis años de su vida. Pese a los peligros inherentes al lugar, los ataques de los indígenas se sucedían, Françoise, que más tarde no pocas veces será conocida con el sobrenombre de “La bella indiana”, siempre recordará con simpatía su paso por la exótica colonia, recordando la belleza de sus paisajes y el clima deliciosamente cálido.

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La vida en ultramar no se caracterizó en ninguno de los casos por ser holgada. Muy al contrario, la familia de d’Aubigné sobrevive mal que bien, pese a poseer el patriarca de la familia una plantación. El fin de este periodo colonial se produce con el fallecimiento de los padres de Françoise. Ésta, sin apenas recursos, regresa a Francia en 1647 donde su tía, después de comprobar que la herencia del padre de la niña brillaba por su ausencia, decide ingresarla, contra su voluntad, en un convento de ursulinas en París. El único contacto de la pequeña Françoise en la capital del Sena es su madrina, Madame de Neuillant, que, tras comprobar la cada vez más notable belleza de su ahijada, decidirá introducirla en la sociedad parisina, donde pronto comenzará a ser conocida.

Los cuatro años siguientes le sirven a Françoise para enamorarse del ambiente bohemio y artístico de París. La joven, apasionada de la pintura y de la literatura, no pierde oportunidad de reunirse con los literatos y pintores de la época, a los que muestra su admiración más profunda. Precisamente, será esta pasión por la cultura la que le llevará a contraer matrimonio en 1652, con dieciséis años de edad, con el poeta y dramaturgo Paul Scarron (1610-1660), veinticinco años mayor que ella y gravemente impedido, después de un desafortunado baño en las gélidas aguas del Sena que terminó paralizándole la práctica totalidad del cuerpo. Todo apunta a que Françoise, una adolescente sin ningún tipo de patrimonio o de ingresos, decidió aceptar la oferta del escritor, quien le garantizaba una vida sin estrechuras y teóricamente una pensión de 24.000 libras cuando enviudara.

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Scarron, además de ganarse la vida con sus escritos, poseía un prestigioso salón literario en París. Después de casarse, Françoise se hará cargo de él, convirtiéndose así en una de las grandes animadoras culturales de la capital gala. En 1660, sin embargo, Scarron fallece, dejando tras de sí tan solo deudas, por lo que el sueño de recibir una herencia abultada se esfuma para Françoise bruscamente. De nuevo con problemas económicos, la joven viuda, que contaba con tan solo 25 años de edad, decide convertirse en la amante de Louis de Mornay, Marqués de Villarceaux (1619-1691) con el que mantiene una relación durante tres años.

Gracias a ser la anfitriona del salón de su fenecido marido, Françoise había tejido una importante red de contactos en la sociedad parisina. Gracias a ellos, la joven había conocido a la favorita del rey Luis XIV, Madame de Montespan (1640-1707), con la que había congeniado. En 1669 la de Montespan ofrecerá a Françoise convertirse en la gobernanta de los hijos ilegítimos que había engendrado con el Monarca – Madame de Montespan tendría siete retoños con Luis XIV a lo largo de los años -, a los que tendría que educar y culturizar. Françoise acepta la proposición y termina convirtiéndose en una suerte de segunda madre para los pequeños, que la adoran. El Rey no se queda atrás y como premio a sus servicios le agasaja con grandes sumas de dinero que Françoise sabe invertir en negocios provechosos.

En 1674, Françoise, ya acaudalada, decide adquirir, por una suma cercana a las 150.000 libras, el palacio y el título de Maintenon. Françoise d’Aubigné pasa así a convertirse en Madame de Maintenon y de ese modo en una influyente aristócrata dentro de la corte de Versalles. Este ascenso social de Françoise irá acompañado de los cada vez más pronunciados celos de Madame de Montespan. Con gran habilidad, Madame de Maintenon acaba por eliminar de escena a su rival, quien termina siendo obligada a abandonar sus dependencias del Palacio de Versalles, sufriendo así una gigantesca humillación pública.

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Defenestrada la de Montespan, Madame de Maintenon se convierte pues en la mujer más importante para el rey Luis XIV. El enamoramiento entre ambos es tan grande que, en la noche del 9 al 10 de octubre de 1683, apenas tres meses después de la muerte de la reina María Teresa de Austria (1638-1683), primera esposa del Monarca, la pareja contrae matrimonio en el mayor de los secretos, al tratarse de un enlace morganático. Pese a ello, es vox populi que el Rey se desvive por Françoise.

Madame de Maintenon no es solo una amante convertida en esposa a escondidas, sino que su influencia sobre el Rey y el criterio político de éste será cada vez más pronunciada. Así los historiadores apuntan a que sería ella la que habría animado a su marido a revocar el llamado Edicto de Nantes que permitía la libertad de culto en Francia desde finales del siglo XVI. Esta medida supondría la prohibición del protestantismo en Francia hasta finales del siglo XVIII. Asimismo, se estima que Madame de Maintenon habría estado detrás de no pocas maniobras conducentes a la declaración de la Guerra de Sucesión en España, un conflicto bélico de carácter internacional que se extendería desde 1701 hasta 1714.