En la terraza de una pizzería en la mágica isla griega de Spetses -donde se casaron el príncipe Nicolás y Tatiana Blatnik-, junto a sus cinco hijos y a los Reyes de Grecia. Así han comenzado las vacaciones para Pablo y Marie-Chantal, dejando atrás Londres y visitando su añorado país. Podría ser este un verano más, pero no en todos se cumplen veinte años de amor, algo que acaban de celebrar los Príncipes Herederos.
Su hija mayor, Olympia, cumplirá el día 25 de julio los 19 años. Una señal más de lo rápido que ha pasado el tiempo para una pareja que se muestran tan enamorada como el primer día. Su historia de amor comenzó en 1992 durante la celebración del aniversario de boda de unos amigos en Nueva Orleans, dos años después se prometieron en Suiza y el 1 de julio de 1995 se dieron el “sí, quiero” en la Catedral de Santa Sofía en Londres, en una boda de las que hace historia.
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Más de 1.400 invitados, entre los que se encontraba una amplia representación de Casas Reales -entre ellos la reina Isabel de Inglaterra que no suele acudir a los enlaces de otras familias reales- y representantes de las más importantes fortunas a nivel mundial , se dieron cita en la capital británica para presenciar una boda marcada por el lujo y alguna nota de extravagancia, como las 100.000 rosas que fueron traídas de Ecuador –tierra de la madre de Marie-Chantal- para la decoración del enlace.
Marie-Chantal –que en ese momento se convirtió en Princesa de Grecia y Dinamarca- creó escuela vistiendo un elegante diseño de Valentino, que le llevó cuatro meses de trabajo a 25 personas y se ha convertido en un referente para muchas a lo largo de estos veinte años. A ella le siguieron otras novias reales como Máxima de Holanda, Magdalena de Suecia o Tatiana Santo Domingo; su traje ha sido la pieza central de algunas de las exposiciones del diseñador y a día de hoy sigue siendo fuente inspiración, sin ir más lejos el vestido del mismo diseñador que lució Nicky Hilton en su reciente enlace ha recordado al de la Princesa.
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Los hijos no tardaron en llegar, una niña y cuatro niños rubios, con nombre griego y bautizados por el rito de la Iglesia Ortodoxa: María Olympia (1996), Konstantinos Alexios (1998), Achilleas Andreas (2000), Odysseas Kimon (2004) y Aristides Stavros (2008).
Mientras Pablo, que había estudiando Relaciones Internacionales y Derecho en la Universidad Georgetown, desarrollaba su carrera en el área de inversiones; Marie-Chantal –que había estudiado en una academia de artes de Nueva York y había sido becaría de Andy Warhol- supo conducir su creatividad y en el año 2000 montó una firma de ropa infantil que lleva su nombre. A día de hoy tiene cuatro tiendas propias entre Londres, Hawai y Guam, suministra a almacenes de lujo de veinte países y viste a Estele de Suecia, a la hija de Kim Kardashian o a Harper Beckham.
El matrimonio, igual que el resto de la Familia Real Griega, ha tenido siempre una excelente relación con el resto de Casas Reales europeas. Pablo, primo hermano del rey Felipe VI, y su mujer han estado presentes en la mayoría de bodas reales –en las que siempre ella destaca entre las más elegantes-, cumpleaños u otras citas de la realeza.
Gracias a la pasión de la Princesa por las redes sociales –algo que ha contagiado a su marido y sus hijos- hemos podido ver detalles de su día a día, en los que hay un común denominador: la pasión por disfrutar del tiempo en familia. Bien sea en Londres, lugar de residencia de la familia; en Estados Unidos, donde se encuentra la familia de Marie-Chantal; o en Grecia, los grandes o pequeños momentos siempre se pasan igual: juntos. Los primeros desfiles en compañía de Olympia, las primeras lecciones de piano de Aristides, las escapadas de invierno a algún lugar cálido o ahora su aniversario de casados.
“20 años y cinco niños, no podría haber sido más bendecida. Gracias a mi dulce Pablo por esta increíble historia”, con estas palabras agradecía Marie-Chantal sus dos décadas de matrimonio junto a una foto de la boda, a la que le han seguido otras como una de sus hijos junto a su abuela, la reina Ana María. Aún falta un lustro para sus bodas de plata, pero si siguen los pasos de los padres de ella –que acaban de celebrar sus bodas de oro con una fiesta por todo lo alto en el lago Como- seguro que se cumplen con el mismo amor que han demostrado en los últimos veinte años.
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