Nuevos aires y emotivas menciones en los discursos navideños reales

Los soberanos de Inglaterra, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Suecia cumplieron con su tradicional cita, mientras que los de Noruega y Dinamarca ofrecerán sus mensajes de Navidad el próximo 31 de diciembre

Por hola.com

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El discurso más emotivo
El mensaje navideño de Guillermo Alejandro de Holanda fue de lo más esperado, ya que además de tratarse de su primer discurso como soberano, todos sabían que iba a recordar con tristeza el fallecimiento de su hermano, el príncipe Friso. "Quien, como nosotros, ha perdido a un ser querido, siente estos días un dolor especialmente punzante en su corazón. Sin embargo el refugio de la familia y los amigos nos aporta fuerza y consuelo. Su apoyo, muchas veces en silencio y en segundo plano, sólo puede ser respondido con gratitud", explicó Guillermo, quien también hizo una mención especial al recordar su investidura como Rey, el pasado 30 de abril, como "un momento inolvidable" y aseguró que afronta el próximo año con confianza y optimismo.

El monarca holandés abrió las puertas de Villa Eikenhorst, a las afueras de la localidad de Wassenaar, y quiso mostrar una imagen de lo más familiar y cálida sentado en una butaca en uno de los salones de su residencia familiar, rodeado de una decoración de lo más navideña, junto a la chimenea y con su mujer y sus hijas muy presentes, ya que como se podía apreciar en el vídeo, en la pared situada justo detrás de él éstaban los retratos de Amalia, Alexia y Arianne cuando eran más pequeñas, y en la mesa le acompañaban una foto de sus padres y un bellísimo primer plano de Máxima de Holanda.

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Nuevos aires por Navidad
"Los jóvenes tienen todo el derecho a desarrollarse como personas. Para ello, el sistema educativo y el dinamismo de las empresas son fundamentales". Este fue uno de los mensajes principales contenidos en el primer discurso navideño de Felipe de Bélgica, que se caracterizó por un estilo renovado. El soberano leyó el texto de pie delante de un gran árbol de Navidad, mientras la cámara recogía diferentes detalles de la escena, incluida una vista de los jardines de palacio. La retransmisión quiso desmarcarse del estatismo y el fuerte carácter institucional que protagonizaron los últimos discursos de su padre, el rey Alberto.

Felipe de los belgas comenzó refiriéndose con entusiasmo a la gira provincial realizada junto a la reina Matilde tras su investidura el pasado julio. Después, se centró en el tema principal del discurso: los jóvenes. "En los últimos meses la Reina y yo hemos tenido la oportunidad de conocer muchos jóvenes llenos de energía y creatividad", dijo el Rey. Sin embargo, las consecuencias de la crisis económica impiden que este grupo de la población puedan desarrollar su talento, como demuestran las altas tasas de desempleo en Bélgica entre los menores de 35 años. "Es nuestra responsabilidad, la de todos nosotros, revertir esta situación", concluyó el soberano que incidió en la importancia de la educación como motor del país: "Como padres, la Reina y yo tenemos un gran respeto por los educadores y profesores de nuestra nación y sabemos cuán difícil y valiosa es su labor".

El otro gran tema del discurso se refirió a la importancia de tender puentes en la sociedad belga. "Hagamos todo los posible para que no se produzcan brechas generacionales en nuestro país. Los mayores deben ser vistos como una fuente de experiencia y sabiduría por los jóvenes", afirmó. Esta necesidad de cohesión social también se debe aplicar a las diferentes comunidades que forman Bélgica, la flamenca y la valona. El Rey utilizó el caso del recientemente fallecido presidente sudafricano Nelson Mandela como ejemplo a este respecto: "Es mi propósito estimular el contacto entre el norte y el sur. Mandela nos enseñó que el diálogo y la reconciliación pueden cambiar el mundo. Aprendamos pues de él". Tras recordar a diferentes belgas que han destacado profesionalmente a lo largo de 2013, el Rey cerró su primer discurso de Navidad con un recuerdo "para los que lo están pasando mal y están solos". A ellos especialmente, y a todos los belgas, el rey Felipe les deseó "una feliz Navidad y un muy próspero Año Nuevo". 


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Las palabras más especiales
Al igual que los demás soberanos, el discurso de la Reina Isabel II de este año también nos ha dejado detalles para el recuerdo. La soberana, que invitó hoy a "la pausa" y "la reflexión" en su tradicional mensaje navideño, no pudo evitar recordar el que, sin duda, ha sido uno de los acontecimientos más especiales de su vida: el nacimiento de su bisnieto, el príncipe George. "Como muchos sabréis, la llegada de un bebé ofrece la oportunidad de contemplar el futuro con felicidad y esperanza renovadas", afirmó. El primogénito de los Duques de Cambridge, "fue bautizado en la alegre fe de deber y servicio cristianos", tras lo cual se tomó "la tradicional fotografía", en la que aparecía la soberana y jefa del Estado británico con el príncipe Carlos, heredero al trono, Guillermo y el recién nacido, imagen que se mostró de fondo en la grabación navideña. "Fue una ocasión feliz, reuniendo a cuatro generaciones", declaró la reina.

En su única intervención que no está mediada por el Gobierno, Isabel II invitó a los británicos a aprovechar cualquier oportunidad para "detenerse y hacer balance" y buscar "el equilibrio entre la acción y la reflexión", sea a través "de la contemplación, la plegaria o simplemente escribiendo un diario".  "Yo misma tuve motivos para reflexionar este año, en la abadía de Westminster, sobre mi propio compromiso de servicio hecho en esa misma gran iglesia el Día de la Coronación sesenta años atrás", rememoró la monarca en un discurso grabado en la Sala Azul del Palacio de Buckingham en Londres, con un árbol de Navidad y fotografías familiares de fondo. "Este aniversario me recordó los extraordinarios cambios que han tenido lugar desde la Coronación, muchos de ellos para mejor, y las cosas que han permanecido constantes, como la importancia de la familia, la amistad y la buena vecindad", añadió.

Isabel II, vestida de amarillo y luciendo el broche que le regalaron sus padres por el nacimiento del príncipe Carlos en 1948, se refirió a la oportunidad que ofrecen las Navidades para meditar y recordar a los seres queridos que ya no están o a los que están de servicio en países lejanos, como los militares. Su propia familia, dijo, "es un poco más grande esta Navidad". 


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Un año memorable
Como cada Navidad, el rey Carlos XVI Gustavo pronunció su tradicional discurso en la emisora pública Radio de Suecia, una tradición que inició ya en 1972 como príncipe heredero. Las celebraciones vinculadas con sus cuarenta años en el trono, que se cumplieron en 2013, centraron gran parte del discurso, en el que el monarca agradeció "los fructíferos encuentros" con sus súbditos durante los viajes por todo el país que él y la reina Silvia han realizado este año con motivo del aniversario. "Lo más memorable han sido todas las personas que se acercaron durante los viajes. Hemos recibido tanta calidez y consideración. Esos encuentros han hecho más fácil comprender por qué la mirada del mundo tan a menudo se vuelve hacia Suecia", dijo.

El monarca, que elogió Suecia como un país "abierto, cálido y que mira hacia adelante" y se declaró "feliz y orgulloso" de él, envió un saludo "especialmente cálido" a quienes "no tienen a nadie con quien compartir las Navidades". "Espero que esos sentimientos vinculados con la Navidad también os lleguen a vosotros", afirmó.


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La crisis económica, muy presente en la memoria de todos
Enrique de Luxemburgo repasó durante el tradicional discurso de Navidad los momentos más importantes de 2013, "un año repleto de hechos extraordinarios", según el soberano luxemburgués. Así el Gran Duque se refirió a las elecciones del pasado octubre, aprovechando la ocasión para desear suerte a los nuevos gobierno y parlamento, y para agradecer la labor del primer ministro saliente, Jean-Claude Juncker. El Soberano abordó los grandes retos a los que se enfrenta Luxemburgo en el contexto de la crisis económica. En especial, mencionó las preocupantes cifras de paro juvenil y la importancia de que los responsables políticos garanticen la realización vital y profesional de los jóvenes.

El Gran Duque recordó que en 2013 Luxemburgo cumplió el primer año de los dos en los que el pequeño estado europeo estará presente en el Consejo de Seguridad de la ONU, celebrando los compromisos humanitarios alcanzados. Igualmente, el soberano quiso reconocer la labor de aquellos que realizan labores sociales en Luxemburgo. "La solidaridad es hoy más importante que nunca", concluyó.