Últimamente no tenemos el gusto de ver a Rania de Jordania tanto como desearíamos. Sus numerosas apariciones públicas de siempre, con motivo de sus visitas de Estado, sus causas humanitarias, sus inauguraciones, sus audiencias, sus participaciones en foros..., han menguado desde la llamada Primavera Árabe para complacer a ciertos sectores de Oriente y de la oposición jordana. Y ahora, cuando la soberana -considerada una de las Reinas más glamourosas del planeta- nos brinda la ocasión, se envuelve de discreta elegancia, como en su última visita a Nueva York. La reina Rania se ha vuelto a dejar ver en la ciudad de los rascacielos, que en otra época tantas veces ha visitado -allí se sometió a una intervención quirúrgica de corazón-, en una de sus contadas salidas al extranjero de los últimos años. Por las calles de Manhattan ha vuelto a pasear su buen gusto, pero esta vez, a diferencia de como nos tenía acostumbrados, sobrio y contenido. Los espectaculares modelos de Alta Costura –pradas y demás- han sido arrinconados por atuendos más moderados. También la Reina de la Red, que suma 1.223.000 seguidores en Facebook y más de 2.500.000 en Twitter y dispone de una página web personal, ha cambiado su modus operandi en Internet. Muestra su faceta más humanitaria y social con entradas acerca de este tipo de asuntos únicamente y sin dar cabida a otras cuestiones más triviales sobre su vida personal. Ha optado por la discreción. Pero, sea como sea, siempre es un placer volver a verla y saber de ella.
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