La princesa Masako se queda en casa con su hija, la princesa Aiko, mientras el príncipe Naruhito pone rumbo a Tonga

Por hola.com
Aiko de Japón ha dado un buen estirón en el último año -o, por lo menos, eso parecía en su última aparición pública a la entrada de Palacio. La Princesa lucía unos centímetros extra en la despedida a su padre, el príncipe Naruhito, que ha puesto rumbo al reino de Tonga, un pequeño país ubicado al este de Australia y al noreste de Nueva Zelanda, al sur del Océano Pacífico, para asistir a la coronación de su soberano.

En su ausencia, la princesa Aiko, de seis años, se quedará con su madre, la princesa Masako, que viaja bastante menos -su último viaje al extranjero, de hecho, fue en 2002 con motivo de su visita a Australia y Nueva Zelanda. Y es que desde que sufre depresión, inducida a causa de las presiones y el rígido protocolo impuesto por la Casa Imperial, la Heredera, de 44 años de edad, se ha visto obligada a reducir considerablemente su carga de trabajo oficial.

Bondad y paciencia
Los ataques hacia la Princesa por vivir una existencia mundana en apariencia feliz y no haber sido capaz de retomar en cuatro años sus actividades como futura Emperatriz han obligado al Heredero a sacar la cara por su esposa en repetidas ocasiones. La última, el pasado mes de julio, precisamente en España, que visitó con ocasión de la Expo de Zaragoza. Ante nuevas observaciones sobre el particular, el príncipe Naruhito imploró bondad y paciencia a la nación.

"Querría que el público comprendiera que la princesa Masako continúa haciendo esfuerzos supremos con la ayuda de los que la rodean", subrayó. Los médicos también advirtieron que "reiterativas preguntas acerca de las razones por las que la princesa Masako no acompaña al Príncipe en sus visitas al extranjero podrían repercutir negativamente en su estado de salud". Ni las presiones ni las prisas son buenas medicinas. En cuestión de salud, todo a su debido tiempo.