El pasado verano se acrecentaba la tesis de una supuesta crisis en el matrimonio de los Duques de Lugo a raíz de que la infanta doña Elena y su marido, Jaime de Marichalar, pasaran separados parte de las vacaciones de verano.
Mientras la hija mayor de los Reyes de España viajaba con su hermana, la [infanta Cristina] a Croacia en el mes de agosoto, el [Duque de Lugo] prefería continuar sus vacaciones en el palacio de Marivent, la residencia oficial de la Familia Real Española en verano. Los rumores de la separación no se acallaron con un comunicado sino con una aparición conjunta de los Duques de Lugo acompañando a sus hijos Felipe, de nueve años, y Victoria Federica, de seis, en su primer día de colegio.
A partir de ahí se produjeron unas apariciones conjuntas que zanjaron de cuajo las especulaciones sobre la situación personal de los Duques de Lugo. La [infanta Elena] y Jaime de Marichalar presidieron el concierto a beneficio de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, se les volvió a ver juntos, y con la Familia Real al completo, en el concierto en memoria de Rostropovich y, de nuevo, con la Familia Real Española al completo en el desfile de las Fuerzas Armadas y la posterior recepción con motivo del Día de la Hispanidad.
Radiante como nunca, doña Elena y su marido presidieron la entrega de los premios de la moda T de Telva. La [Duquesa de Lugo] impactó con su diseño negro de John Galliano sin que se presagiara que esa iba a ser la última vez que se le viera en un evento público con su marido antes del anuncio de esta separación "temporal", en palabras de la Casa Real.
Esta semana, en cambio, las apariciones de la Duquesa de Lugo han sido opuestas. El domingo por la tarde presidía sola la final del Masters femenino de tenis, al que acudió acompañada de sus hijos. Ayer, acudió a Colmenar Viejo a presidir la conmemoración del treinta aniversario de la asociación de empleados de Iberia y padres de minusválidos. Sin embargo, los rumores de separación no vienen de tres meses atrás. En el año 2004, empezaron unos comentarios sólo desmentidos con apariciones públicas del matrimonio. Desde entonces, periódicamente, se insistía en que llevaban vidas separadas y que su intención era dar por finalizado su matrimonio. Tres años después se ha producido lo largamente anunciado.
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