Los guardaespaldas están, como su propio nombre indica, obligados a situarse siempre detrás de la persona que les paga, para cuidarla y evitar que cualquiera se acerque. La seguridad es un aspecto fundamental a tener en cuenta en el caso de personajes públicos. Salir a cenar, pasear, viajar... pueden convertirse en actividades colectivas si se es, por ejemplo, un príncipe o una estrella del rock. Pero de ahí a compartir exámenes hay un buen trecho... ¿o no?
Entrenador de rugby El príncipe [Harry de Inglaterra] acaba de demostrar que su equipo de seguridad aprende algo más que técnicas de protección mientras está con él. Gran aficionado a los deportes, el hijo pequeño del príncipe Carlos asistió a un cursillo de formación para obtener el título de entrenador de rugby en la escuela Hartbury en Gloucestershire. Una dura semana de preparación que culminaba con las pruebas que determinarían si alcanzaba el nivel exigido. Y lo hizo, aprobó el examen y dentro de algunas semanas comenzará su labor como asistente en la Unión de Rugby inglesa, enseñando a jóvenes que se inician en este deporte.
Lo curioso no es que Harry aprobara sino que sus dos guardaespaldas, puesto que tenían que estar con él, aprovecharon el tiempo para unirse al entrenamiento y pasaron también las pruebas. Tres entrenadores por el precio de uno. Tal vez hayan descubierto, gracias al Príncipe, su verdadera vocación.
