"Nos ha parecido conveniente regresar a nuestro hogar para disfrutar de nuestra nueva situación a solas", declaró el príncipe Haakon durante la conferencia de prensa.
Pulse sobre la imagen para ver las ampliaciones de las fotos
Ocho horas después de haber traído al mundo a la pequeña princesa, Mette Marit y su esposo, el príncipe Haakon, abandonaban el hospital Rikshopsitalet para dirigirse a su casa de Skaugum.
21 ENERO 2004
Ocho horas después de haber traído al mundo a la pequeña princesa, Mette Marit y su esposo, el príncipe Haakon, abandonaban el hospital Rikshopsitalet para dirigirse a su casa de Skaugum. Una decisión tomada por ambos porque, tal y como aseguró Haakon durante su comparecencia ante los medios, “yendo todo bien, nos ha parecido conveniente regresar a nuestro hogar para disfrutar de nuestra nueva situación a solas.
Seguidos de cerca por la escolta real, los futuros Reyes de Noruega y su primogénita recorrieron las calles céntricas de la ciudad, a esa hora repleta ya de banderas ondeando... Una ciudad en la que todavía se podía respirar el aire de las 12 salvas disparadas por los cañones reales en honor a la recién nacida y, muy especialmente, la alegría de los noruegos quienes han recibido la noticia con euforia y orgullo.
El Príncipe, emocionado, lloró durante el parto
El príncipe Haakon, quien además de estrenar paternidad actúa durante la recuperación de su padre como regente, asistió, no obstante, a primera hora de la tarde, a un encuentro informal con la prensa para precisar, exultante y muy feliz, la hora de nacimiento (las nueve y trece minutos) de la pequeña y otros datos como el peso (3.686 gramos) de ésta y lo que midió (51 centímetros).
“ Fue una experiencia increíblemente bonita y fuerte. Corté el cordón umbilical y lloré cuando la niña llegó al mundo. Es la recién nacida más bonita de todo el mundo.