Cómo se han adaptado las fincas y otros espacios de bodas a 'la nueva normalidad'
Hablamos con los responsables de hoteles, fincas y localizaciones
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Dice la sabiduría popular que todo en la vida es “renovarse o morir” y en el universo de los negocios esta frase cobra más sentido que nunca. La nueva normalidad ha provocado que el sector nupcial haya tenido que adaptarse, reciclarse y dar forma a una revolución con el fin de sobrevivir a las dificultades que se han presentado este 2020. No obstante y a pesar de las modificaciones que numerosas parejas han tenido que hacer para celebrar su boda, los espacios han sabido implantar todas las medidas de seguridad. Para ellos ha sido todo un reto, como explican a HOLA.com, por lo que hemos decidido preguntar a estos expertos cómo han acondicionado sus hoteles, fincas y enclaves para que los novios y sus invitados puedan seguir disfrutando.
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Aguas de Villaharta: un cuestionario es fundamental
El equipo de Aguas de Villaharta admite que se han ido adaptando a todas las medidas dispuestas por los entes públicos en cada momento, en algunos casos “bodas limitadas a 150 invitados” y en otros “de poco más de 20". “Nuestro establecimiento cuenta con capacidad suficiente, tanto en interior como en exterior, para que realmente se pueda hacer un banquete con garantías de cumplir las medidas sanitarias impuestas”, explican. El primer paso, apunta este enclave, es hacer llegar a los comensales un cuestionario de carácter sanitario para aclarar en qué estado se encuentran. Y, al llegar, “tomamos la temperatura y ponemos a disposición, en todos los puntos críticos, zonas de desinfección”.
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Aguas de Villaharta: espacios más que seguros
Con un personal formado y capacitado para el seguimiento del cumplimiento de las normas, Aguas de Villaharta cuenta con “espacios seguros” amplios y diversos para que los novios encuentren opciones entre las que elegir siempre siguiendo las normas. "Si se suma una gastronomía de alto nivel y un servicio exquisito con la amabilidad del carácter andaluz, este espacio termina por ser perfecto para un día inolvidable. No somos una fábrica de hacer bodas, sino que hacemos bodas a la medida de nuestros novios”.
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Finca El Gasco: cercanía durante todo el proceso
Cambiar la visión e iniciarse en una nueva forma de celebrar, sin renunciar a la filosofía de cada espacio: ese es el desafío al que se han enfrentado hoteles, haciendas y restaurantes para las bodas de 2020. “Este año ha sido un gran reto profesional y personal. Había que adaptarse día a día para realizar eventos seguros y, mientras, apoyar a todas nuestras parejas que querían seguir adelante con su boda o aplazar a 2021. Nos hemos volcado en mimarles y ayudarles en todo lo que estuviese en nuestras manos”, introduce Rocío Rubio, directora comercial de Finca El Gasco. Parte de ese cuidado a los novios se simboliza en una evolución hacia un trato más cercano, consecuencia de los últimos meses, que se ha visto apoyada por otros elementos de la red de contactos: “hemos tenido la suerte de que todos nuestros proveedores han estado disponibles para resolver cualquier duda y se han adaptado a los cambios aportando su granito de arena”.
Los jardines y vistas de este enclave han hecho que quienes decidieran darse el sí quiero optaran especialmente por las ventajas y garantías de hacerlo al aire libre y con todas las garantías de protección. “Decidimos regalarles un carrito en el que tenían gel hidroalcohólico y mascarillas para la llegada de sus invitados. En la finca cumplimos con todas las medidas de seguridad e higiene y hemos reforzado el personal para la limpieza y desinfección durante todo el evento. Además, nuestros caterings han extremado las medidas de seguridad en sus cocinas y todo el personal ha trabajado con la correspondiente protección y distanciamiento social, sin perder nunca la sonrisa y ese trato cercano que tanto nos distingue.”, concluye.
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Pazo El Castriño: los exteriores, los protagonistas
Suso Solla, responsable del catering en Pazo el Castriño y experto al frente de la exclusiva con el Restaurante Casa Solla de Poio (Pontevedra), apunta que ellos han querido ir un paso más allá. “Además de adaptarnos a la legislación vigente en la normativa (desinfección, utilización de hidrogeles, distancia de seguridad, uso de mascarillas), hemos intentado trasladar el desarrollo del evento al aire libre, en lo posible, junto con la ventilación adecuada de espacios cerrados”.
Cuando preguntamos a Suso acerca de si los espacios de boda son lugares seguros, responde con rotundidad: Sí. “Habiendo realizado una segunda parte de la temporada bastante completa y con bodas numerosas en algunos casos, no hemos tenido ninguna incidencia entre nuestro personal ni entre ninguno de los invitados a la boda. Tampoco hemos llegado a tener ningún rastreo de ningún caso con posterioridad al evento, lo cual demuestra que los espacios de bodas, cumpliendo unas normas adecuadas, son lugares altamente seguros”.
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Real Venta de Antequera: controles a los asistentes
Confiesan desde la Real Venta de Antequera que no han tenido que efectuar cambios drásticos en su día a día, consecuencia de la amplitud de espacio de la que disponen, pero que sí han reacondicionado, con novedades y señalización diversas zonas de celebración. “Hemos instalado cartelería con información acerca del nuevo coronavirus y sus síntomas; una línea de atención para personas que crean tener síntomas; cartelería con las medidas para la protección frente al virus, indicando uso obligado de mascarillas, uso de gel hidroalcohólico, lavado de manos y distancia social; puntos de desinfección con dispensadores de geles hidroalcohólicos y ventilación y limpieza de espacios, así como desinfección de zonas comunes (interruptores, puertas, barandillas…)”.
No solo los salones y jardines se preparan para una boda, también existen unos protocolos previos que deben aplicar los asistentes y pasan por: un listado para el control de los invitados, la advertencia de no asistir si existen síntomas, toma de temperatura, control en las entradas para vigilar el aforo y atención a la distancia de seguridad.
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Real Venta de Antequera: bodas con encanto
Para celebrar enlaces seguros, basta con “adaptarnos a las nuevas condiciones, que aunque limitan ciertas prácticas a las que estábamos acostumbrados, no impiden el desarrollo de eventos, salvo por las restricciones horarias, que son muy limitantes”, defienden. No obstante, no todo son desventajas, puesto que desde la Real Venta de Antequera hablan de bodas con mucho más encanto, íntimas pero igual de bonitas.
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Llano de la Alameda: responsabilidad individual
“Realmente, dado el gran espacio disponible al aire libre del que disponemos en la finca, no ha sido necesario realizar grandes cambios para las bodas celebradas en este año 2020”. Con estas palabras introduce el equipo de Llano de la Alameda lo que ha supuesto la ‘nueva normalidad’ para ellos. Además de contar con dispensadores de gel hidroalcohólico en puntos clave de la finca y exigir el uso de mascarillas, han apostado por un modelo de boda en exteriores, “dejando a las parejas que personalicen sus celebraciones eligiendo la zona que más le gustaba para cada parte del evento”, puntualizan.
Sin dar pie a dudas, este enclave defiende que los espacios de boda son lugares seguros y apela a la sensatez y el compromiso individual: “Siguiendo las medidas y recomendaciones de las autoridades y expertos en la materia, las bodas pueden seguir celebrándose de manera segura. No hay que olvidar que la última responsabilidad la tenemos cada uno de nosotros y cada persona es responsable y beneficiaria de su propia seguridad”.
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Palacio de Úbeda: la cocina y el menú, dos cuestiones a tener en cuenta
Si bien las medidas de seguridad obligatorias y más populares son imprescindibles, desde el Hotel Palacio de Úbeda, Theo Garrido, su director, aclara que existen otros detalles igual de importantes, que han aplicado, a tener cuenta. Por ejemplo: “adaptar los menús para que el cóctel de bienvenida sea sentados y no de pie. También se ha reducido el número de comensales por mesa […] y se ha incorporado un servicio de copas en mesa, servidas por un camarero para sustituir a la barra libre”.
Además, en la cocina de este espacio se ha cuidado, con el mismo mimo, “el tratamiento de los alimentos, respecto a la limpieza y la higiene”. La exigencia y rigurosidad no se queda ahí, pues extreman las precauciones con los movimientos de novios y convidados alrededor del espacio. “Gracias a tener dos salones de grandes dimensiones, hemos podido adaptarlos perfectamente para cualquier evento, con todas las garantías”, concluye Theo.
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Pazo de Sergude: despedirse del bufé
Rodeado de un denso bosque, en el que se celebran ceremonias civiles, el Pazo de Sergude se ha adaptado a las normativas dispuestas en cada momento, sin dejar de lado unas espectaculares vistas. Es en esa zona de densa arboleda donde se dan el sí quiero numerosas parejas y donde han tenido que reducir aforo, separar las sillas y adaptarse a la distancia de seguridad. En los alrededores de este palacio es donde, normalmente, “era muy habitual la colocación de bufés gourmet de autoservicio, de quesos, de empanadas, pulpo en las mesas de apoyo... y todo eso se ha visto muy limitado llegando incluso a tener que eliminarlo por completo, como el caso de los quesos”. Lo explica Paula Vázquez, directora de Marketing de Boketé Catering, la empresa que gestiona este espacio.
Del mismo modo, el uso de uno de sus enclaves más emblemáticos, el invernadero, se ha visto afectado, pues al reducir aforo y sumar la distancia de seguridad, se ha condicionado la situación de las mesas y la distribución de los invitados, puesto que “en nuestro salón era muy habitual la colocación de mesas alargadas con muchos comensales y hemos tenido que optar por mesas redondas o alargadas mucho más pequeñas”.
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Pazo de Sergude: la barra libre, la gran perjudicada
“Pero posiblemente el momento de la barra libre es el que más restricciones ha sufrido. En los momentos en los que sí pudimos hacerla fue con la instalación de catenarias marcando la dirección a seguir, el recorrido de la gente, que no se aglutinaran alrededor de la barra”, apunta Paula. A todo ello hay que sumarle la instalación de puntos de desinfección y la modificación de los procesos de limpieza, ya que han tenido que aumentar la frecuencia y sustituir algunos productos empleados. Además, “hemos instalado puntos de control de acceso para el personal y hemos dotado de puntos de desinfección a todas las zonas privadas”.
Para la pregunta más repetida, la respuesta más evidente: “Todos los espacios son más o menos seguros en función de la responsabilidad de las personas que hacemos uso de ellos. En este caso, nuestros espacios como tal sí que son seguros, totalmente seguros. Las medidas de seguridad son muy altas y si todo el mundo cumple con las recomendaciones/obligaciones no tiene porque haber ningún tipo de problema”. Cuestión de compromiso.
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