Protocolo para invitadas: etiqueta y normas que sí debes tener en cuenta

En las redes sociales es muy sencillo encontrarse con el hashtag #invitadaperfecta. Los titulares de numerosas cabeceras de moda recurren a estas dos palabras porque representan la epítome del saber hacer en lo que a ser convidada a una boda se refiere, pero la pregunta es obligada: ¿qué es una invitada perfecta? Son muchas las mujeres que quieren ser etiquetadas con este título, pero no son numerosas las que lo consiguen. Para responder a la cuestión hemos elaborado nuestra propia guía de protocolo para invitadas, un decálogo, flexible y en constante evolución, con las claves que pueden convertir a una asistente más a un enlace en un ejemplo a seguir. 

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1. Todo depende de cuánto conozcas a los novios 

Dentro de las normas de protocolo, encontramos la etiqueta, que son todos esos códigos y normas, especialmente reservados para actos públicos y solemnes, entre los que destaca la vestimenta. En una boda, la principal regla no escrita pasa por determinar aquello que llevarán los invitados en función al grado de parentesco que tengan con los novios. Cuanto más lejano sea, menos allegado a la pareja, más discreto deberá ser el estilismo. Es un error pensar en llamar la atención excesivamente, solo porque estos acontecimientos son de carácter festivo, mejor destacar por la sencillez y naturalidad. 

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2. ¿Qué hacemos con el blanco?

Salvo que la novia diga lo contrario, el blanco es un color vetado para las invitadas. Aunque en este momento existen propuestas blancas para convidadas en el mercado, hay una amplia paleta de colores que no entra en conflicto con el look de la protagonista del gran día. Para auténticas fans del tono más impoluto, mejor optar por mezclarlo con otras tonalidades sin miedo, con vestidos bicolor o trajes de chaqueta diferentes.

Lo que sucede con el negro es similar: este color ha estado tradicionalmente asociado al luto y hasta hace una década resultaba casi imposible encontrar invitadas vestidas con este tono. En los últimos años la perspectiva ha ido evolucionando y poco a poco va perdiendo su carácter tabú.

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3. El tipo de boda, el factor más importante a tener en cuenta

Una de las obviedades que en ocasiones se pasan por alto, por despiste, es la tipología de boda, puesto que no es recomendable acudir con ciertos detalles estilísticos a bodas religiosas. Las bodas civiles permiten mayores licencias, pero las de carácter católico pasan por cumplir unas medidas de respeto y decoro que marcan estas ceremonias. Si bien cada vez existen opciones más originales que entran dentro de esas ‘reglas no escritas’, conviene evitar algunas propuestas como escotes muy pronunciados, hombros demasiado descubiertos o faldas muy mini. No obstante, no siempre es así, pues hay templos con una visión diferente que ponen menos condicionantes a la vestimenta.

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4. El largo del vestido

Este es el consejo más popular y también el más predecible. En bodas de día se deben vestir diseños cortos (midi, por la rodilla o por encima de la rodilla, no excesivamente mini), mientras que en las de tarde se puede optar por los largos. A menos que en la invitación se indique lo contrario, las únicas mujeres que se pueden permitir un vestido que llegue hasta el suelo en un enlace de mañana son la novia, la madrina y la hermana de la protagonista. Recientemente se han incorporado a este exclusivo grupo las amigas de la novia reconocidas como damas de honor, que tienen un papel destacado en enlaces civiles. Para las que busquen el punto intermedio, los trajes sastre y los monos son aptos para ambos tipos de celebraciones.

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5. ¿Cuándo llevar tocado y cuándo quitárselo?

En los últimos años han proliferado, en el mercado de los accesorios de invitada, nuevos tocados y antiguas piezas renovadas que sirven para completar cualquier estilismo de boda. Las pamelas y sombreros son un clásico y los formatos más condicionado por la etiqueta, que dicta que deben emplearse únicamente en bodas de día y en jornadas soleadas. “La pamela no se puede quitar hasta el baile nupcial de los novios. Esta regla contempla la excepción de que las alas de la pamela sean tan anchas que molesten a otros comensales del banquete”. Lo explica así Gisela, de Operación Invitada, en una de sus publicaciones de redes sociales, un espacio en el cual ya suma más de 85.000 seguidores.

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6. El calzado apropiado 

Las amantes de las bailarinas y el calzado plano están de enhorabuena, pues en esta temporada en la que proliferan las bodas íntimas, son muchas las convidadas que apuestan por la comodidad de no llevar tacón. Pero, ¿cuál es el mejor calzado para un enlace? “Aunque esta regla solemos saltárnosla todas, incluso las más estrictas con el protocolo, debemos saber que la altura del tacón debería limitarse en las bodas de día y dejar los 10 - 12 centímetros para los eventos de noche”, responde Sandra Majada, alias Invitada Perfecta, en un artículo de su web. Ello supone renunciar a las propuestas con elevada plataforma o los diseños con demasiada altura, siempre que se quiera, sin perder un ápice de estilo.

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7. Algo de brillo, ¿sí o no?

Las bodas son acontecimientos especiales para los que numerosas invitadas sacan a relucir sus mejores galas, lo cual implica en ocasiones la necesidad de apostar por diseños alejados de la normalidad y con algunas extravagancias. El brillo en forma de paillettes o lentejuelas, tejidos con efecto o detalles llamativos es una opción diferente que ha ido calando en enlaces de tarde-noche, con vestidos cortos o largos, siempre desde una perspectiva discreta, que no busque epatar con el resultado a la novia.

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8. El look de belleza: mejor sin excesos

Confesaba Bea Iraburu, fundadora de la firma de calzado Fígara, en una entrevista concedida a Ana Gayoso, quien está al frente de La Champanera, que “en cuanto a consejos para el cabello para invitadas, yo apuesto por la naturalidad, sencillez y comodidad, para que te dure toda la noche, porque al final te lo tienes que pasar bien y lo mejor es olvidarte, al igual que sucede con el labial”. La cita resume a la perfección los imprescindibles de un look de belleza para invitada. Los excesos pueden afear un estilismo, es por ello que el maquillaje no debe parecer una careta y el tratamiento del pelo tiene que encajar con la personalidad de cada asistente. En este sentido, la tendencia capilar de 2020 apuesta por melenas al aire con un ondulado natural, semirrecogidos simples o recogidos sencillos, como moños de bailarina o coletas.

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9. El lugar en el que te ubicas en la ceremonia

Más allá de lo que determine el seating plan en el banquete, durante la ceremonia existe una norma general que todos los invitados deben cumplir. En los primeros bancos deben sentarse los familiares de los novios, pero, además, “tanto en bodas religiosas como en las civiles, los bancos de la derecha se reservan a los invitados del novio y la parte de la izquierda se reserva a los invitados de la novia”. La firma andaluza Meryfor lo explica con esas palabras en su web, para advertir a quienes no conozcan el popular dato.

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10. Los modales cuentan

El último punto de este manual no es otro que el que presta atención a los gestos de educación. Sí, los modales cuentan y pueden hacer que el mejor look pierda todos los puntos: arrastrar las sillas, chuparse los dedos, comer a gran velocidad o hablar con la boca llena no son solo detalles de comportamiento, son faltas de respeto con quienes tenemos en frente. Mejor siempre con cortesía.

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