En los últimos años la decoración ha ganado peso en el mundo nupcial. Los novios quieren que los invitados no solo disfruten de una buena celebración y que se lo pasen fenomenal, también que se sientan cómodos y estén en un entorno que sea lo más bonito posible. Muchos de ellos apuestan por incluir rincones especiales, adornados para la ocasión, pero la mayoría se centra en las mesas, un espacio en el que los comensales pasarán cerca de dos horas. Las opciones para que queden perfectas son variadas: desde incluir manteles especiales a jugar con lámparas o velas. Pero si hay un elemento que nunca falta, son las flores.
Centros de flores
Si hay algo que no suele faltar en la decoración de las mesas en una boda son las flores. Aunque en este sentido las opciones son casi infinitas –entran en juego factores como el tamaño, los colores, la forma, etc.– muchas parejas prefieren composiciones sencillas que guarden una cierta relación con el ramo de la novia, la decoración de la iglesia y otros elementos florales. En ese sentido, lo más adecuado es seguir una misma gama cromática y optar por plantas fáciles de combinar entre sí. ¿Qué más es necesario para que el resultado sea perfecto? En realidad, poco. Algo que queda más que claro en este ejemplo, la mesa de Ruth, una de nuestras novias virales, que optó por un sencillo centro de flores pequeñas colocado en un recipiente de lo más especial.