Sandra Mansour se licenció en la prestigiosa escuela de diseño Marangoni de París pero donde aprendió la magia del corte y los mil bordados fue como asistente en el equipo creativo de Elie Saab.

Su seña de identidad son los vestidos “que hacen realidad los sueños” de sus clientes, dice, y también la riqueza de sus bordados.

Hilos de seda, de oro y de los algodones más valiosos decoran con flores y formas sus diseños más irónicos.

Es fácil reconocer un diseño de Mansour en el momento que se escucha la siguiente fórmula: feminidad + actitud moderna + fantasía.

Su colección para el Verano 2017 está llena de referencias románticas, de flores, estrellas y corazones bordados en vestidos largos, pensados para esas noches que no acaban nunca.

Blanca, radiante ¿y con transparencias? irá la novia, como el lookbook que avanza la colección de Otoño Invierno 2017/2018 de la diseñadora suiza.

Ningún detalle más romántico que el de un corazón de infinitas lentejuelas bordado a mano en el vestido más femenino que existe.

En París, Sandra Mansour aprendió que en os detalles está la diferencia, y por eso en su atelier instalado en Líbano, la diseñadora atiende una por una las peticiones de sus clientas. “Es una relación muy íntima”, dice la diseñadora.

Una de las citas favoritas de Mansour es en realidad de Jean Cocteau: “Los vestidos más bellos están hechos para quitarlos”. Y esa delicada sensualidad trasciende a todos sus diseños.

Este vestido, dedicado a la luz de las noches de luna llena en verano, es uno de los que ha inspirado el vestido de novia de Ekaterina Malysheva, la mujer que en futuro heredará el título de princesa de Hannover.

Cuando busca inspiración, el mundo de la moda tiende a mirar siempre a París. Sin embargo Mansour está cambiando las reglas del juego y entre sus clientes europeas hay princesas (Victoria y Magdalena de Suecia, o Mette Marit de Noruega), actrices (Sarah Jessica Parker) e incluso influencias (Eleonora Carisi, Chiara Totire).