La boda de Sylvia, la novia madrileña del vestido sencillo y la tiara vintage

Nuestra protagonista se decantó por un diseño con mangas muy especiales para su boda celebrada en la iglesia San Bernabé Apóstol de El Escorial

por Estrella Albendea
La boda de Sylvia en Finca Prados Moros

En toda historia de amor se dan flechazos: hay parejas a las que les basta una mirada para marcar su destino para siempre. Cuando van un paso más allá y se comprometen, pueden suceder otro tipo de enamoramientos: aquellos que surgen con proveedores y firmas que transforman por completo el concepto de boda para los novios. A Sylvia, novia viral y protagonista de este relato, le sucedió algo parecido con su vestido, de la firma que ha conquistado a las celebrities mejor vestidas en términos nupciales. “Fue fácil, solo fuimos a Navascués, aunque teníamos varias opciones en mente, pero me cogieron el aire muy rápido y la idea que tenía, ayudándome a darle forma. Así que cuando salí de ahí dije: ‘¿para qué voy a ir a otro sitio, si han dado en el clavo?’”, introduce ella misma a ¡HOLA! Novias.

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Un look de novia atemporal

Como sucede con los grandes éxitos que triunfan en las redes sociales, su diseño era muy sencillo, pero repleto de personalidad. Con mangas abullonadas, cuerpo liso, cola extraíble y cuello a la caja, resaltaba de forma elegante su silueta. “Tenía claro que tenía que ser yo, para disfrazarme ya tendría otros días, así que opté por un corte que me favoreciera, algo entallado y de líneas sencillas, pero que tuviera un detalle que marcara la diferencia”, reconoce. Fue entonces cuando, al igual que haría una estilista, decidió bucear en Pinterest y terminó conservando aquellas imágenes que le convencían para hacerse su moodboard perfecto, una compilación de lo más inspiradora.

“El vestido fue un regalo de mi suegra, me hizo muchísima ilusión y es de las cosas que más he disfrutado del proceso de preparar la boda. Fuimos prueba a prueba terminando los detalles de la manga, la espalda y la cola. Fue una maravilla y hasta la misma semana estuvimos ajustando todo para que estuviera perfecto”, nos explica.  

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A ese minucioso proceso se sumó el de seleccionar los complementos, algo que para Sylvia no fue excesivamente complicado, dado que todos ellos estaban marcados por su carácter familiar. “El vestido era sencillo con esos detalles para que combinara con la mantilla, que ha pasado generación tras generación en la familia de mi suegra y me la dejó para el gran día. También con la tiara y los pendientes de mi tía María, regalo de su padre y que ella también llevó en su boda”, indica.

El otro gran protagonista fue su ramo de flores, una creación de Un patio con flores, en la que destacaban los tonos verdes, lilas, blancos y amarillos. La propuesta, clásica con toques modernos tiene su propia historia: “Viendo me vestido me ayudaron a elegir el trío de flores, ramo y como anudarlo. Hicimos un ramo con flor más alargada, blanca y resistente y con un toque de color”.

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Belleza natural

El look completo era totalmente acertado, resaltaba el rostro de la novia y su personalidad sin camuflarla ni caer en estridencias. De ese éxito dentro y fuera de las redes sociales también fue responsable el equipo de maquillaje y peluquería que hicieron de Sylvia una novia al más puro estilo royal. Si en algo coinciden quienes han quedado fascinados con su estilismo, es que no podía estar más favorecida. “Me peinó la peluquera de toda la vida de mi abuela (la vieja escuela es lo mejor). Me quería hacer un moño porque me gustan mucho, me veía favorecida y además así se podía ver mejor la espalda del vestido. Además llevaba tiara y mantilla, por lo que era la mejor opción”, concede.

Sylvia pasó de la idea inicial de moño estilo castaña a una segunda opción más depurada: “Al principio tenía una idea de moño más tipo ‘castañita’, quizás porque lo he visto más y es un poco como me peino a diario. Pero quería que fuera trenzado y más elaborado. Con esa premisa Granada, la peluquera, me dio un aire de moño más grande y super bien hecho, más años 70, y me gustó”. El siguiente acierto fue su maquillaje, una elección elegante, natural y de tendencia para la que confió en Macarena Gros: “cuando vimos su porfolio nos encantó por que estábamos buscando un maquillaje muy natural, sencillo, delicado pero muy bien hecho”.

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Boda al aire libre

El resultado lo vieron en vivo y en directo los invitados a su enlace el 22 de mayo de 2021, una celebración íntima y familiar, como bien querían sus protagonistas. “Nos casamos en la Iglesia de San Bernabé apóstol del Escorial y luego en la finca Prados Moros. Decidimos no retrasarlo y casarnos este año porque es cuando vimos que era nuestro momento y no nos importaba que fuera más complicado en cuanto a aforo y medidas, lo que queríamos era casarnos con nuestros seres más cercanos y ya está”. Cuadraron la fecha Nacho, el novio, y ella, dado que él vivía en Nueva York y debían organizare para mudarse al extranjero.

La organización de la boda corrió a cargo de las propias familias y de los proveedores contratados, es decir, prescindieron de una wedding planner: “Fue muy emocionante porque lo vivimos muy acompañados”. Esa emoción se trasladó a una de las grandes decisiones de los preparativos: la de elegir el espacio. Buscando las mayores facilidades, Sylvia dio con Finca Prados Moros. “Que, además de que nos cuadraba en el día y nos enamoró, nos ofrecía la decoración floral, el catering y el dj, además de brindarnos contactos para autobuses, equipos de sonido u otros”, puntualiza.

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“En cuanto a la Iglesia, mi madre hizo todo con mucho cariño, desde ayudarme a localizarla, hasta dar con las personas que nos hicieron los arreglos florales (Un patio con flores), que quedaron preciosos o colocar a los testigos y elegir sus sitios”, dice Sylvia. Tanto ella como su marido estarán siempre agradecidos por la ayuda de sus familias, pues reconoce que fueron varios los que se involucraron con los preparativos.

Para la decoración también contaron con consejos familiares y el hecho de que el espacio estuviese cuidado, hizo mucho en el resultado final. “En nuestra boda había dos sitios que decorar, la finca y la Iglesia. En el caso de la finca lo teníamos fácil porque el propio sitio era precioso estructuralmente y las opciones de decoración que nos daban también nos gustaban mucho, era un estilo muy rústico y sencillo, pero a la vez elegante”, reflexiona. Como elegante fue también su enlace en el que, como se puede ver en las imágenes, ambos derrochaban felicidad.

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La distancia no fue un llmite

Al igual que sucedió con Navascués, el amor de Sylvia y Nacho fue también una especie de flechazo. Así lo explica ella misma: “Nos conocimos en una peregrinación en los Alpes. Si en esas circunstancias (con el macuto en mano y la ropa de deporte) le gustas, solo puede ir a mejor. Estuvimos saliendo un año en Madrid y luego a distancia, conexión Madrid - Nueva York, lo que nos ayudó a conocernos mucho porque vivimos situaciones que no se hubieran dado sin la distancia y maduramos la relación”.

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Por todo ello y después de haber triunfado en su boda, Sylvia sabe qué aconsejar a quienes se darán el ‘sí, quiero’ próximamente. “Que no se preocupen por el montaje y la preparación de la boda, incluso con los cambios o la incertidumbre de la época que vivimos y que se centren en vivir los meses previos de preparación para ese sí tan grande. Que intenten poner perspectiva en cosas de la organización que les agobiarán y que aunque son importantes, hay que darles la relevancia que tienen”. A estas recomendaciones suma una última y destacada, porque es en la que siempre coinciden todas las novias: “Que disfruten con la familia y los amigos del momento que viven y de la preparación de la boda, eso es lo mejor y lo más importante”. Y si el consejo llega de alguien que ya ha pasado por lo mismo, mejor tenerlo en cuenta.