Natalia, la novia que eligió un vestido de Asos para su boda secreta

Cambio su vestido a medida por una prenda sencilla y de corte lencero, más acorde a las circunstancias

Por Regina Navarro

Natalia y Gonzalo se conocían de toda la vida, pero no fue hasta hace tres años, tras reencontrarse gracias a las redes sociales, cuando empezaron su historia juntos. Tenían previsto casarse en abril, pero la situación hizo que, como otros miles de parejas, tuvieran que cambiar de planes y encontrar una nueva fecha para celebrar su amor. Un amor que, en su caso, ha dado bastantes vueltas. Tres fechas y una boda secreta después, Natalia nos explica cómo es esto de celebrar un enlace en tiempos llenos de incertidumbre. ¡Spoiler! Ella, como otras novias que se han dado el 'sí, quiero' en estos momentos, cree que el amor está por encima de todo.

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Celebrasteis vuestra boda el jueves 13 de agosto. Con toda la incertidumbre que ha habido alrededor de los enlaces, ¿por qué decidisteis casaros ese día?
Decidimos casarnos un jueves 13 de agosto desafiando a la mala suerte del propio número como guiño a que cuando algo se quiere de verdad, lo demás da igual. Además teníamos nuestras vacaciones al Puerto de Santa María, donde siempre hemos veraneado los dos, el día 14 y queríamos aprovecharlo como luna de miel. Nos cancelaron nuestro viaje a Bali que teníamos organizado y comprado para nuestra primera boda el 18 de abril. Decidimos casarnos en Palma de Mallorca porque es el lugar en el que llevamos viviendo unos años, pues el que ahora es mi marido, tiene aquí su estudio de arquitectura (e20 arquitectos), y aunque trabaja a nivel nacional, su central está en Palma. ¡Además, en la isla se vive genial!  

¿Cómo ha sido preparar una boda en tiempos como los que hemos vivido?
En nuestro caso era la tercera vez que organizábamos la boda porque en abril tuvimos que posponerla para septiembre (al día 18) pero viendo cómo se estaba desarrollando toda la pandemia de nuevo y por responsabilidad social, decidimos tomar arrojo y organizar nuestra boda secreta en una semana. Aunque sabíamos que sacrificábamos mucho ya que ni si quiera nuestra familia directa sabía nada. No queríamos seguir con la incertidumbre que estaba transformando algo bonito en algo pesado...

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Finalmente optasteis por una ceremonia íntima. ¿Hubo celebración posterior? ¿Valoráis hacer una gran fiesta el próximo año?
Después de la ceremonia religiosa, que tuvo lugar en la Iglesia de Sant Magí, en pleno barrio de Santa Catalina, brindamos con champagne en la puerta de la Iglesia y nos fuimos a un restaurante en Andratx que se llama OLIU. Es un restante muy romántico con jardines donde habíamos reservado una zona solo para nosotros decorada para la ocasión. Invitamos a nuestros seis amigos a disfrutar un menú degustación y champagne durante toda la cena. A las dos de la mañana acabó la celebración. La idea es celebrar una renovación de votos cuando la situación esté totalmente controlada y nadie de nuestros invitados corra riesgo alguno. ¡Pero la verdad es que a día de hoy estoy más que satisfecha con nuestra boda secreta en petit comité!

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A muchos novios les preocupan ciertos temas como tener que llevar mascarillas, la reducción de aforos o la limitación en el baile. ¿Vosotros os sentisteis preocupados también por esto? ¿Fueron factores determinantes para elegir el tipo de boda que celebrasteis?
Realmente para nosotros el factor más determinante a la hora de tomar esta decisión fue la posibilidad de correr el riesgo de que alguien pudiera contagiarse el día de nuestra boda que debe ser un momento relajado y de disfrute. Así que más que nada por responsabilidad social decidimos casarnos prácticamente solos... Es complicado celebrar una fiesta y que las personas cumplan rigurosamente las medidas de seguridad.

¿Qué fue lo más especial de aquel día?
Sin duda el momento en el que estábamos en el altar. Jamás he tenido tantos sentimientos tan distintos en un mismo momento. Tuvimos seis invitados entre los que estaba mi hermano que fue mi padrino. Él no dejó de llorar en toda la ceremonia... Gonzalo, mi ahora marido, me dijo las cosas más bonitas que nunca me había dicho, no importaban los invitados, ni el sitio, ni el vestido... verdaderamente en nuestra boda puedo decir con orgullo que lo que primó fue EL AMOR. Y también el momento de contarlo a nuestros familiares la semana después que viajamos a nuestra ciudad, ¡al final tuvimos más celebraciones de las que esperábamos!

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¿Qué consejo le darías a todos esos novios que no saben si posponer su boda?
En primer lugar siempre digo que cualquier decisión en esta situación atípica que estamos viviendo, es acertada. No es momento de hacer juicios... Además para Gonzalo y para mí era muy importante que un motivo de alegría no se convirtiera en un motivo de angustia o malestar. Bastante estrés conlleva de por si organizar una boda como para que también cree un desgaste en la pareja. Esto teníamos claro que no lo íbamos a permitir. Y, en último lugar, no perder de vista que le principal motivo de celebrar una boda es el amor, el resto ya llegará. Cuando estaba en el altar con el que ahora es mi marido no me hacía falta nadie más. Éramos solo él y yo y esto lo hizo aun mas especial.

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Un vestido de Asos para una boda secreta

Con el cambio de planes, Natalia decidió apostar por un vestido de novia totalmente diferente. Nos cuenta que el diseñador sevillano Manolo Giraldo le estaba creando un vestido a medida inspirado en un diseño antiguo de Balenciaga. "Aún está pendiente de terminar y lo guardaré por si en un futuro celebramos una renovación de votos o se lo regalaré a mi hermana para el día de su boda si hace ilusión. Es una pena que un vestido tan bonito se quede en el armario... Como nuestra boda pasó a ser una boda completamente intima consideré que el vestido que llevase debía ser menos de princesa, más sobrio. Además, teniendo en cuenta que organizamos todo en una semana no tuve mucho margen". Y añade que una tarde encontró en Asos la prenda perfecta para este nuevo gran día. Un vestido sencillo, de corte lencero que le recordó al que llevó Carolyn Bessette en su boda.

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Para completar el estilismo, Natalia optó por unos zapatos de Marypaz de rebajas –los de la boda inicial eran de Loewe– y un bonito collar de la joyería Sant Joan, de Mallorca. "Lo compré para hacerle un guiño a la isla ya que es de perlas majoricas", explica. Para su look de belleza apostó por la naturalidad. Aunque acudió un profesional a su casa para maquillarla y peinarla, no se sentía ella misma. Por eso decidió lavarse la cara, deshacer el peinado y, con ayuda de su cuñada, se hizo una trenza y arregló su rostro con mucha naturalidad. Eso sí, no dudó en utilizar máscara de pestañas waterproof, por si se emocionaba.

¿Y su ramo? Un diseño lleno de historia. "Al igual que el vestido, quise adaptar el ramo a la situación; así que encargué un ramo muy serio con mini rosas color champagne con ramitas de olivo. Las rosas hacían un guiño al amor ya que es la flor del romanticismo por antonomasia. Las ramas de olivo hacían guiño a la isla de Mallorca, ya que aquí el olivo es un árbol característico. Además quise llevar un lazo negro largo en referencia a todas las víctimas del COVID, ya que considero que es importante tener en cuenta a cada una de las personas que han perdido la vida a causa del este maldito virus".