Laura, la novia del vestido sencillo con una espalda inolvidable

Se decantó por un elegante vestido de Navascués con el que se unió a una de las tendencias preferidas de 2020, el minimalismo

Por Regina Navarro

Suele ser habitual en el mundo de la moda que varias tendencias contrarias convivan en un mismo momento. Algo que también sucede en el sector nupcial. Peculiaridades que permiten a chicas con gustos opuestos disfrutar de diseños que se adapten a su personalidad. Pero si hay una estética imperante en el sector nupcial esa es la sencillez y el minimalismo. "La tendencia nupcial es dar importancia a los tejidos. Los cortes son más limpios y hay muy poco exceso. Volvemos al less is more. Pero eso no indica que el vestido es más sencillo, sino que es más complejo porque tiene que ser perfecto y debe quedar perfecto de una manera más purista. Si se utilizan puntillas deben ser muy artesanales. Estamos volviendo al trabajo más rico en cuanto a calidad", explicaba a HOLA.com José María García, director creativo de Ze García. Una forma de mirar a los vestidos de novia que convenció a Laura Montes.

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En un momento de incertidumbre en el que, según los expertos, la forma de celebrar las bodas va a cambiar en los próximos meses, los vestidos también parecen dispuestos a sufrir una evolución. "Es probable que la tendencia gire entorno a la vuelta a la esencia, a la tradición, a la atemporalidad, a lo auténtico, al verdadero significado de las cosas. Volveremos a la intimidad, a lo personal, a resguardarnos en nuestros imprescindibles", explicaba Teresa Helbig. Y esos imprescindibles pasan por volver a ese minimalismo que ya han abrazado muchas chicas. Novias que se han visto representadas en diseños sin demasiados adornos, pero ricos en técnica, calidad y artesanía. Motivos que, precisamente, llevaron a Laura, la protagonista de nuestra historia, a confiar en Navascués para su gran día.

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"Mi vestido lo diseñó Navascués, siempre me ha gustado. Me encantan los diseñadores tradicionales y Cristina me inspiró mucha confianza desde el primer momento, por lo que no tuve ninguna duda al elegirlas", explica Laura. Tal como se puede apreciar en las fotos –y como corrobora la novia–, el diseño, de corte princesa, estaba compuesto por dos piezas. Por un lado, un vestido realizado en crepe de seda con mucha caída y la espalda abotonada. Muy significativa es esta parte de la prenda, en la que diferentes encajes antiguos, paisley y plumeti conviven hasta crear un acabado artesanal y muy especial que logra convertir un vestido sencillo en una pieza inolvidable. Por otr lado, una sobrefalda. "Cuando empezó el baile, me la quité y me dejé el vestido interior añadiéndole un fajín bordado en la cintura a juego con los encajes de la espalda y las mangas", añade.

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Los complementos ideales para un vestido

Encontrar el resto de accesorios con los que culminar el look nupcial no siempre es sencillo. Tienen que se complementos capaces de dar un toque especial al vestido o realzarlo y reunir ciertas funcionalidades como, por ejemplo, la comodidad. Laura nos explica que ella se decantó por unas sandalias con glitter de Jimmy Choo, una opción –la de lucir este tipo de calzado en lugar de zapatos– que cada vez convence a más novias. "Cuando comenzó el baile me puse unas alpargatas de Castañer Novias. Para los zapatos, empecé buscando algo cómodo y a medida para que no me hiciera daño… pero vi las sandalias y, aunque tenían un tacón de escándalo y eran todo lo contrario a lo que pensaba llevar en los pies, me enamoré de ellas. Las elegí porque son muy parecidas a unas sandalias que no me quito y que son las favoritas de Jesús", apunta.

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Otra decisión que suele generar cierta incertidumbre entre las novias es la de las joyas. Muchas de ellas buscan piezas originales, que encajen con su personalidad y con el resto de elementos del look. ¿Las que nunca suelen faltar? Pendientes, pulseras y el anillo de compromiso. Aunque también hay novias que, como Laura, prefieren joyas con un significado especial. Ella lució una pulsera de plata con el símbolo de infinito, de Tiffany & Co, que Jesús le regaló en la pedida y, desde entonces, siempre lleva. También su anillo de compromiso, un diseño vintage creado por su actual marido junto a los joyeros de Moon Diamonds. "La tiara que llevé también la encontré en un anticuario. Mi "algo prestado" fue un collar en forma de lágrima que siempre lleva mi abuela a juego de los pendientes. Me hacía ilusión llevar algo de ella".

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El toque definitivo lo puso el peinado, del que se encargó Mayte Lucas, una trenza algo deshecha de lo más cómoda, con la que aportar un toque elegante y moderno al conjunto sin perder la esencia. Y la nota de color, el ramo. Se trataba de un diseño, obra de Loreto Aycuens, que combinaba tonos verdes con flores silvestres y llevaba un lazo con la medalla de la Virgen del Pilar anudada.

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Una boda de otoño en San Lorenzo de El Escorial

Aunque los orígenes de Laura y Jesús son vascos y asturianos, la pareja decidió contraer matrimonio en la Basílica de San Lorenzo de El Escorial porque, como nos explica la novia, es un lugar muy especial para ellos. Después se trasladaron junto con sus invitados a la Finca el Campillo. "Fue un acierto, allí tienen una granja ecológica con más de 600 animales por lo que había vacas, gallinas, pavos reales... el servicio es excepcional y cuidan muchísimo el detalle, algo que nosotros valoramos mucho".

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Suele ser habitual que, en las bodas, haya un hilo conductor. Una temática o escenario que vertebre muchos de los pormenores de la celebración. El de ellos fue Roma. "El seating plan estaba ambientado en lugares de Roma ya que fue donde nos prometimos, y aparecimos en un sidecar antiguo de Vespa. Luego se hicieron fotografías con el sidecar los invitados", nos cuenta Laura. Pero también hubo guiños a sus orígenes. "La boda contó con varias sorpresas, como una banda de gaitas asturiana que apareció por sorpresa a la salida de la iglesia y nos acompañó hasta que finalizó el cóctel, La Reina del Truébano. Fue idea de Jesús. Nadie lo sabía ni si quiera yo… Me emocioné mucho porque tocan todos los veranos en el campo en las fiestas de Luarca (Asturias) donde veraneamos y les conocemos desde hace años. También hubo una mesa vasco-asturiana en el cóctel con quesos vascos, asturianos, sidra, chacolí... dejamos también txapelas de lana rojas y negras de Elósegui en diferentes tallas para mujeres, hombres, niños y niñas".

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Laura nos explica que su hermana, su madre y su mejor amiga Almudena estuvieron pendientes de ella en todo momento en los preparativos. Mientras que Jesús estuvo arropado por sus padres y sus dos hermanos. Un día para el recuerdo que dejó un buen número de anécdotas y emociones. Como la entrega del ramo, que la novia dio a su abuela o la carta que el novio escribió a sus hermanos. "Queríamos que fuera una boda emotiva y con detalles y todos los ellos los organizamos nosotros. Fue mucho trabajo, pero mereció la pena 100%. El haber estado tan implicados en la elección de los detalles, hizo que la gente disfrutara tanto. Lo pasamos bomba, ¡no paramos de reír y bailar!".

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