¿Por qué no deberías guiarte solo por las opiniones de tus amigas al elegir el vestido de novia?

Cada novia es única y su historia también. La diseñadora Teresa Helbig responde sobre la importancia de escoger bien el diseño perfecto para cada una

Por Regina Navarro

¿Qué significa para ti un vestido de novia? Plantear esta pregunta a las chicas que se han casado en los últimos años o a las que lo harán en los próximos meses implicaría encontrarse con respuestas variadas y llenas de emociones. Para algunas representa la prenda que llevarán en uno de los días más especiales de su vida; para otras, hay una implicación sentimental, una herencia, un guiño al diseño que llevó su madre. No importa si se trata de un diseño creado a medida y en exclusiva o un modelo de colección, ambas opciones son igual de emocionante para la novia. Y la elección de cada detalle, por pequeño que parezca, se hace con una maravillosa mezcla de ilusión y nervios. Porque sí, se trata de una pieza y de un día únicos que, como muchos diseñadores concluyen, no es sino el principio de una historia. La suya.

 "Cuando una novia viene al atelier por primera vez, lo que intentamos transmitirle es, primero de todo, que buscar su vestido de novia va a ser un proceso muy íntimo, muy especial y tremendamente emocionante, así como un reto, no todos los días se casa una, no es fácil", nos explica la diseñadora Teresa Helbig. No es raro que surjan dudas de forma casi constante, que esa silueta con la que un día la novia se vio tan favorecida de pronto le genere algo de incertidumbre. O que pocas semanas antes del gran día una mañana la novia se despierte sobresaltada: ¿de verdad esas mangas eran las mejores? Por eso el papel de los diseñadores en el proceso de creación (o elección) de un vestido es fundamental. No solo tendrán que entender a la novia, adentrarse en su universo, conocerlas, acercarse a sus gustos… También ser una especie de soporte que le ayude a mantenerse firme cuando tienda a desmoronarse y recordarle por qué tomó aquellas decisiones y por qué, pese a las dudas que puedan surgir, son las mejores.

Pero ese papel, esa conexión, no siempre se establece entre todas las novias y los diseñadores. Tiene que haber un feeling especial que a novia y creativo les lleve a darse ese primer 'sí, quiero'. Una sintonía y un entendimiento mutuo que les permitirá trabajar mano a mano durante todo el proceso, aportando ideas, dándoles vida... Y haciéndolo bien. "En este proceso, encontrar al diseñador o diseñadora ideal es clave, así como creemos que lo es apostar por vestidos con alma, vestidos hechos con un profundo respeto a la costura, al oficio artesanal, al savoire faire. Vestidos que transmitan lo especial y mágica que se siente la novia ese día, vestidos que sean sueño, que vayan más allá del 'qué guapa está', vestidos que arranquen a todos un wow, vestidos que sean inmortales porque todo el mundo los recordará siempre", añade Teresa.

Ser una misma

Muchas de nuestras novias virales coinciden en que lo más importante a la hora de elegir su vestido era encontrar un diseño con el que se sintieran identificadas. Una prenda que no solo les pareciera bonita, sino que encajara con su estilo. Marta Albert, por ejemplo, aseguraba que "lo más importante a la hora de elegir un vestido de novia es ser una misma. Suena a tópico, pero cada día me reafirmo más en ello. Un vestido de novia refleja, en gran parte, su personalidad, su carácter, sus gustos, etc. Por ello, pienso que cada vestido es perfecto para la novia que lo lleva". Una afirmación que suele repetirse con frecuencia entre las novias y que los diseñadores encuentran fundamental. "Lo más importante, mantenerse fiel a una misma, solo así, pasarán 50 años y la novia se seguirá viendo a ella, igual de real, igual de auténtica, igual de poderosa e igual de libre", sentencia Teresa. Por eso al elegir esta prenda, más que nunca, no hay que dejarse guiar demasiado por las opiniones de los demás.

Tal vez por eso cada vez más expertos aconsejan a las novias que no acudan con demasiada compañía a la búsqueda del vestido de sus sueños. Con la madre y, tal vez, con una amiga o hermana. Pero no más de dos personas. No porque no haya espacio en el atelier, sino porque cuantas menos personas acudan, más fácil será que no interfieran en las decisiones de la novia. "La novia tiene que ser profundamente respetuosa consigo misma y darle el papel protagonista a su buen criterio (no al de sus 20 amigas, la quieren mucho, pero es momento de escuchar a la novia). Además, es vital, que lo haga a su manera, en base a sus normas y condiciones, basándose siempre en el sentido común", argumenta Teresa.

Hay que recordar que la novia no solo puede tener un gusto o un estilo diferente al de sus acompañantes sino que, en los últimos años, el mundo nupcial ha sufrido una evolución que ha distanciado bastante las bodas de las pasadas décadas de las actuales. El acceso masivo a las redes sociales y a internet hace que la forma de consumir moda haya cambiado. Muchas chicas saben más de tendencias que hace años, tienen acceso directo a lo que se lleva en la otra parte del mundo y buscan vestidos de novia que, en muchas ocasiones, beben de lo que se luce en las calles. Un ejemplo son las mangas abullonadas, los escotes tipos bustier, los volantes, los flecos y otros muchos detalles que es complicado determinar dónde y en qué momento se vieron por primera vez. Es bueno escuchar opiniones, siempre que sean sinceras, se pronuncien con respeto y no traten de imponerse. Pero es la novia la que debe elegir. Es su día. "Si no, no estará contando su historia", concluye la diseñadora.