El velo que llevó Miranda Kerr en su boda (y copió a Grace Kelly) vuelve a ser tendencia

Cada vez más diseñadores y firmas nupciales apuestan por incluir este elemento entre sus propuestas

Por Regina Navarro

En mayo de 2017 Miranda Kerr se casó con Evan Spiegel, fundador de Snapchat, en una ceremonia íntima, celebrada en su mansión de Brentwood, a la que solo acudieron 45 invitados. Un enlace rodeado de cierto aire de secretismo y misterio. Tanto es así que no fue hasta dos meses más tarde cuando se publicaron las primeras imágenes del vestido que llevó la modelo. Se trataba de un diseño de satén de manga larga, con lirios bordados y una larga cola, firmado por María Grazia Chiuri para Dior Haute Couture. Como complemento Miranda optó por un velo sujeto con una diadema de flores. Un accesorio inspirado en el que Grace Kelly lució en su boda con Rainiero de Mónaco en 1956, que vuelve a ser tendencia.

Si las novias de 2019 dijeron no con rotundidad al velo, las de 2020 parecen coquetear de nuevo con este elemento de corte tradicional que cada vez más diseñadores incluyen entre sus propuestas. En realidad, no sorprende. El velo se luce sobre todo durante la ceremonia y se elimina en la celebración, donde muchas veces se sustituye por un tocado de flores. De ese modo se consiguen dos looks nupciales en cuestión de segundos y sin invertir demasiado. Además, las propuestas son cada vez más novedosas y favorecedoras: desde opciones de plumeti a diseños salpicados con perlas. Pero si hay una propuesta que convence es la de unirlo a un tocado o diadema de flores –muchas veces son preservadas–. Y es que los diseñadores encuentran su inspiración en una de las mujeres más estilosas de los últimos tiempos, Grace Kelly. Algo que ya hizo Miranda.

Los primeros signos de que esta tendencia vuelve los encontramos en Belvedere, la nueva colección de L’Arca. La firma nupcial barcelonesa inspira sus nuevas propuestas en un jardín renacentista. Juega con gasas y organzas naturales para dotar a los vestidos de movimiento y ese aire etéreo que cada vez gusta más a las novias. Y sí, incluye velos. Algunos son antiguos, auténticas piezas vintage llenas de historia que sujeta con accesorios salpicados de flores. Aunque también propone diademas tipo turbante para aquellas que prefieren prescindir de este elemento lleno de romanticismo. Victoire Vermeulen Mariée también ha jugado con esta tendencia en su colección Épices. En ella imagina novias que cambian los vestidos tipo princesas por modelos más actuales, pero igualmente sofisticados. Para algunas elige velos y mantillas que remata con tocados con flores de gran tamaño.

Esta tendencia la hemos visto también sobre la pasarela. En el marco de la New York Bridal Week, Reem Acra presentaba su colección Spring 2020, Thankyou. Y lo hacía con un sinfín de velos entre los que era posible encontrar diseños para todo tipo de mujeres. Y aunque proponía opciones alocadas, incluso llenas de color, para las novias más atrevidas, llamaron la atención los diseños coronados por flores en tamaño XL. Resultaban especialmente elegantes y favorecedoras.