Es uno de los iconos de estilo parisinos por excelencia, por eso, la boda de la modelo y directora creativa Lolita Jacobs no ha dejado a nadie indiferente. En uno de los enclaves más idílicos de la Costa Azul, Saint-Tropez, la influyente gala ha contraído matrimonio, este fin de semana, con Jean-Basptiste Talbourdet-Napoleone, responsable creativo del suplemento M Le Magazine du Monde. Además de la exclusiva lista de invitados, en la que no han faltado vips vinculados con el sector de la moda como Emmanuelle Alt, la ceremonia ha destacado por los diferentes estilismos de la novia: zapatos planos, vestidos cortos y aires boho; un cóctel de tendencias que demuestra que en materia de etiqueta nupcial, también se puede ir a contracorriente y acertar.
Pese a que su boda tenía lugar el sábado, pocas horas antes de casarse, Lolita Jacobs dejó claro que no iba a ser una novia más. Por eso, durante la preboda, la francesa apostó por un original vestido de la firma Jacquemus con el que deslumbró a todos los invitados. ¿El diseño elegido? Un modelo de la colección Le Souk, fall/winter 2018, largo, semi transparente, con apertura lateral, manga larga y favorecedor escote en "V". Un veraniego y bohemio diseño que el propio creador no tardó en compartir en redes, como preludio de una de las bodas con más estilo del verano.
Al día siguiente y ya en el ayuntamiento de Saint-Tropez, el lugar elegido por los novios para la ceremonia civil, Lolita Jacobs apareció ante los invitados con un minivestido camisero de manga larga, velo, y bailarinas planas rojas, con cuerdas, de Manolo Blahnik; un look de novia que completó con un clásico ramo blanco. Por su parte, el novio, apostó por un traje con chaqueta cruzada, camisa azul y mocasines, un look acorde con el marco que habían elegido.
La elección de un diseño corto no es casualidad. De hecho, algunos de los iconos de estilo más influeyentes han apostado por esta original versión: desde Catherine Deneuve en Le Vice et la Vertu, a Audrey Hepburn en Una cara con ángel, gracias a su célebre vestido de Givenchy.
Tras la ceremonia y gracias a un ferry, los novios se trasladaron al lugar del convite; una finca campestre donde Lolita Jacobs apareció con un nuevo look: un diseño de tirante ancho y falda con vuelo, romántico, pero con el mismo aire bohemio que los anteriores estilismos. Una vez terminada la cena y ya en el baile, la novia volvió a sorprender a sus familiares y amigos con su tercer y último modelo: un minivestido blanco lencero con escote pronunciado en la espalda y tirante fino. El perfecto colofón final para la que ha sido una de las novias más inspiradoras del momento.
