La boda de Risto Mejide y Laura Escanes estuvo llena de sorpresas y momentos inolvidables: una lista de invitados en la que los youtubers se mezclaban con figuras de la comunicación, unos votos románticos y conmovedores, lágrimas de emoción y de risa, un delicioso banquete servido por Mercés Catering, una entrada en el salón de los novios a lo grande, al ritmo de I will survive... pero todavía faltaba la sorpresa más dulce: la tarta.
Como en cualquier boda, en la de Risto Mejide y Laura Escanes no podía faltar un delicioso pastel para poner la guinda a la celebración. Pero ellos no quisieron elegir una tarta típica, blanca, de varios pisos, cubierta de flores y brillos. Nada de eso: en su lugar, tuvieron un impresionante mural comestible, también llamado vertical cake, de 5 metros de ancho por 3 de alto, con cinco mil brochetas de quince variedades de dulce que, por supuesto, los novios inauguraron.
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"Era increíble. Era espectacular cómo se hizo y cómo se presentó", asegura Laura en las páginas de ¡HOLA! esta semana, mientras que su ya marido describe su tarta como "una obra de arte". Se trata de una creación repostera realizada por el equipo de Christian Escribà y Patricia Schmitd, inspirada en la película Ghost in the shell, una de las películas favoritas de Risto y Laura, con un samurái y una geisha también comestibles.
No fue la única delicia dulce que Risto y Laura ofrecieron a a sus invitados. El postre de la cena fue un regalo de su amigo Fabián Martín, un exquisito y original tiramisú de chicle. "Le pedimos que hiciera este postre, que es nuestro favorito", explicó Risto Mejide.
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