¿Cómo decidimos a cuánta gente invitar a la boda?

Las prioridades de los novios, si los padres pagan parte de la boda, el precio del cubierto... son factores que inflyen en la cantidad de invitados que integrarán el 'guestlist' definitivo

Por hola.com

En los últimos años, sobre todo a causa de la recesión económica, el número de invitados en las bodas se ha reducido considerablemente comparadas por ejemplo con las bodas de los años 90, donde era frecuente encontrar multitud de invitados 'de compromiso', amigos de los padres de los novios que no tienen relación directa con la pareja, o compañeros del trabajo. Precisamente porque el banquete es el monto que se lleva el pellizco más grande del presupuesto de la boda, uno de los primeros recortes a la hora de ajustar números es en el guestlist en consideración con el menú, aunque no es el único: cada invitado suma no sólo un cubierto más, si no también una invitación, un detalle de recuerdo, más copas y vinos, una porción extra de pastel, un silla de alquiler... y hasta hasta prácticamente cada detalle que no tiene que ver con la decoración, el fotógrafo y el vestido y traje de los novios. Cada invitado suma. ¿Sabes por dónde empezar? Te explicamos cómo en cuatro pasos.

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1. Haz una lista de priordades antes que de invitados

El borrador con la gente que vamos a invitar debería ser de las primeras decisiones de la pareja que se casa, posiblemente con vistas a revisarla varias veces antes de enviar las invitaciones, que deben salir de Correos al menos tres meses antes de la boda. El motivo precisamente es el hecho de que el número de invitados condicionará al precio de los montos, y vice versa. Hay que tener en cuenta que todas las bodas son por definición una negociación, que empieza dentro de la misma pareja, y termina con la manera en que se acuerdan los precios de los diferentes servicios.

Para conseguir 'casar' (nunca mejor dicho) unos y otros con éxito lo mejor es buscar acuerdos que satisfagan a ambas partes, pero respetando siempre la lista con nuestras prioridades, que también se debe hacer en común. ¿Qué es lo que de verdad queremos más que nada: una boda multitudinaria con un cubierto asequible, o una celebración íntima donde podamos tirar la casa por la ventana? Esta relación, la que existe entre número de asistentes y el precio de la boda, es la primera que determinará el tamaño de la lista de invitados.

2. Piensa como un estratega

Igual de importante resulta el número de invitados que finalmente no podrán asistir. Esta cifra varía mucho de una ceremonia a otra, dependiendo de cuándo pongamos la fecha; por ejemplo, en período de vacaciones, en una fecha señalada, en un puente, o incluso en temporada alta de bodas, cuando otras parejas pueden estar celebrando su propio aniversario, es probable que la lista definitiva se vea reducida. Aquí también entran en juego los compromisos previos, los invitados que no pueden permitirse asistir, la horquilla de tiempo en la que enviamos las invitaciones, los invitados que vienen de fuera y las cancelaciones de última hora. Con tantos factores es difícil determinar por adelantado cuanta gente confirmará asistencia, aunque puedes hacer una estimación grosso modo: entre el 15 y el 25% serán cncelaciones, especialmente si tu fecha de boda coincide con alguno de los casos mencionados arriba.

Para sacar el máximo partido a las cancelaciones: haz primero una lista de must, con todos los indispensables, y envía las invitaciones un mes antes de lo previsto. Cuando comiencen a llegar las cancelaciones, envía una nueva remesa de invitaciones a quienes se hayan quedado fuera de esa primera tanda.

3. Ajusta los invitados a las posibilidades del espacio

Hay novios que ajustan la elección del espacio dependiendo de la cantidad de invitados. Otros tienen claro desde el principio que quieren casarse en una playa o en una diminuta Iglesia rural: ya de entrada el aforo estará limitado dependiendo de las circunstancias. Si el espacio del que disponemos es reducido, es una excusa válida para recortar la lista de invitados, explicando siempre cuál es el motivo a las personas más cercanas que finalmente se queden sin poder asistir.

Este punto puede convertirse en el más candente si los padres de los novios pagan parte de la boda. En estos casos, es fundamental contar con su lista de invitados de antemano (lo más seguro es que quieran invitar a amigos y allegados propios), especialmente si tenemos pensada una boda pequeña o en un espacio con capacidad reducida. Una forma 'salomónica' de repartirse los invitados es dividir la cantidad total en cuatro partes, reservando una para cada miembro de la pareja, y las dos restantes para los padres de ambos. Sea como sea, lo mejor es determinar estos números cuanto antes.

4. Pon normas, y no te las saltes

A la hora de comenzar a apuntar nombres sobre el papel, conviene que cada uno lo haga por separado, respetando unos criterios comunes. Algunos ejemplos: limitar la cantidad de +1, es decir, de invitados que vayan a acudir en pareja o incluso con niños, invitar solamente a amigos y conocidos comunes (para que el otro no vea ninguna cara desconocida en la boda), o no invitar a nadie con quien no se haya hablado en más de un año. También es buena idea es organizar la lista por estratos, en círculos concéntricos, situando a los novios en el centro, y a los invitados dispuestos en orden de cercanía y vínculo afectivo en los círculos siguientes. De esta forma, si hay que recortar, será más fácil empezar a hacerlo por la capa exterior.