¿Cómo se diseña el 'look' de la novia?

¿Qué fue primero: el vestido, el peinado o el maquillaje? Hablamos con tres expertos en belleza nupcial para que aprendas a organizar tu calendario 'beauty'

Por Ana Riaza

Meses guardando recortes (o en su versión digital, pins), fotos de inspiración, ideas en bodas de amigas, looks recién salidos de la alfombra roja... Las semanas antes del día B, a veces incluso años antes si llevamos mucho tiempo pensando en esta fecha, suelen convertirse en un auténtico caos, a veces con el añadido del factor beauty. Diseñar el look de la novia es algo que suele dejarse en manos expertas, y un paso esencial, inmediatamente posterior a la elección del traje y a las primeras pruebas que nos hagamos con él. Una cuestión, casi, de qué vino antes, el huevo o la gallina: ¿elegimos primero el peinado, o mejor el maquillaje? ¿Qué colores son los dominantes? ¿Cambia cada prueba respecto a la anterior? En definitiva, ¿cómo se 'hace' el look de la novia? Hablamos con los look makers de Green Hair & Beauty para que nos detallen los pasos a seguir a la hora de crear un look de diez.

"Lo que recomendamos a las novias es que, si llevan un vestido romántico, el peinado sea romántico. Y si es un vestido clásico, que elijan un peinado clásico, por ejemplo. El estilo del vestido condiciona el peinado para que todo el conjunto tenga una unidad", nos explican a la vez Giuseppe Sciannimanico y Mamen Almela. Ambos son expertos lookmakers especializados en estética 'eco', es decir, técnicas beauty que están libres de toxinas, amoníacos y colorantes. "El cabello representa el accesorio de lujo más importante para la belleza", afirma este estilista italiano, algo que sin duda resonará con la opinión de muchísimas novias: el aspecto saludable del cabello, el color, el brillo, la textura, la forma... tienen un peso definitivo en el look final, casi como un accesorio más. De él dependen el maquillaje y también de que funcionen el conjunto entre facciones y escote. De ahí que las pruebas previas al 'sí quiero' sean tan importantes, teniendo en cuenta que se pueden organizar hasta tres o más diferentes, donde se analicen desde las facciones hasta el color de la piel.

"Cada prueba se realiza según los gustos de la novia, y cada prueba es diferente y cambia con respecto de la anterior. Se van probando peinados diferentes hasta crear el peinado definitivo, y haciendo las modificaciones necesarias hasta que se encuentre a gusto y guapa".

La maquilladora Almudena Pérez Barbosa coincide en este punto, especialmente en lo que respecta al orden vestido-peinado-maquillaje. "Primero es importante tener el vestido, para tener una referencia de la personalidad y el estilo de la novia. El peinado yo lo pondría en segundo lugar de importancia, para que la maquilladora tenga más información de cuáles son sus gustos y captar mejor su estilo". En tercer lugar vendría el maquillaje.

De hecho, cuando ya están elegidos vestido, complementos y ramo, es el momento de comenzar con la prueba de peluquería y maquillaje, según esta estilista. Un orden de factores que sí altera el producto, y que tiene mucho que ver con la forma en que organicemos el calendario beauty, no sólo durante de los preparativos de la boda, sino también antes, en un concepto del que ya nos hablaba Felicidad Carrera hace unos meses, y que sirve para organizar nuestros rituales de belleza como una carrera de fondo, mucho antes incluso de solicitar cita para el maquillaje nupcial. "Normalmente se hace una entrevista anterior a la prueba, donde se realizan una serie de preguntas a la novia que sirven para averigura cómo realizar un maquillaje de acuerdo a su gusto y en función del asesoramiento como profesional, y así dar justo con lo que ella quiere", puntualiza Barbosa. "Ya en el primer maquillaje, suele coincidir que es lo que ellas buscan. Sobre la marcha se puede elevar o bajar un poco el tono de color de sombra de ojos o de labios, y así darle más opciones, pero siempre partiendo de la base inicial".

¿Qué pesa más, las tendencias de temporada o el rostro de la novia?

"Pesa más el rostro, las facciones y los gustos de cada novia", puntualizan Giuseppe Sciannimanico y Mamen Almela. "Las tendencias pasan, y es mejor recomendar un peinado según las facciones de la mujer. Lo más importante es que ella se sienta cómoda, que el día de la boda sea ella misma y no que lleve algo que se lleva y no va para nada con su personalidad, aunque esté de moda". Este mismo consejo es el que se suele emplear en las boutiques y talleres de vestidos de novia: encontrar el equilibrio entre tendencias de temporada y prendas que resistan al paso del tiempo es una tarea difícil que muchas veces, la gran mayoría, debe dejarse en manos de especialistas, cuyo asesoramiento suele resultar más imparcial que el de por ejemplo personas cercanas, o, en el caso de las novias 2.0, las tendencias cosechadas en redes sociales como Pinterest o Instagram. El mejor consejo, en este caso, es buscar el look total, partiendo de la personalidad de la propia novia, e intentando que el resultado final resista el paso del tiempo, incluso cuando echemos la vista dentro de varios años.

En este sentido, y haciendo un paralelismo con las tendencias de moda, y más concretamente los moodboards que suelen definir las colecciones -o lo que es lo mismo, los tablones de inspiración que reflejan desde paletas de colores hasta ilustraciones o fotografías de sitios que inspiran a los diseñadores-, los ciclos de tendencias nupciales son algo más lentos que los de pasarela. De hecho, y a excepción de Nueva York, que presenta colecciones y beauty looks de novia de verano e invierno, la gran mayoría de firmas hace una única apuesta anual, que condense todas sus tendencias para los próximos doce meses. Lo mismo sucede con los salones de estética: antes que dejarse llevar por catálogos de temporada, es mejor prestar atención a lo que nuestras propias faccciones y complexión tienen que decir, eligiendo un maquillaje que 'exprima' al máximo la luminosidad natural del rostro, y favorezca nuestros rasgos. El maquillaje de novia, de hecho, cambia dependiendo de un tipo u otro de rostro. "Cambia sobre todo en la zona donde depositar los colores, jugar con el claro oscuro según la forma del rostro: el óvalo facial, el tipos de ojos, la forma de los labios... Son sumamente importantes para embellecerlo. Destacar con el claro y esconder con el oscuro". De hecho, la forma del rostro y las facciones son las que en última instancia determinan los colores, tal y como explica Almudena Pérez Barbosa. "Según se quiera destacar esa facción, o suavizarla o no: siempre destacaremos lo más bonito del rostro y disimularemos lo que no lo es tanto".

Dos maneras de dar con ese moodoboard que se ajuste a nuestra personlaidad es llevando con nosotras imágenes del vestido, especialmente si es de una de las pruebas finales, para que los estilistas encargados tanto del peinado como del maquillaje puedan captar el estilo y personalidad de la novia; también detallar al máximo el tipo de ceremonia que hemos planeado, tanto en términos de decoración, como en tamaño del guestlist (si es por ejemplo una boda con muchos invitados, o una boda íntima), el espacio o la etiqueta. "El tipo de boda pensada por los novios dice mucho de cuáles son los gustos de la mujer que se va a casar. Es fundamental a tener en cuenta por el equipo de estilistas, y de ello dependerá el tipo de maquillaje", puntualiza esta maquilladora. Lo más importante: la comunicación fluida entre los estilistas y la novia, para que nada quede a la improvisación llegado el día de la boda.

LOS CINCO BÁSICOS A LA HORA DE DISEÑAR UN 'BEAUTY LOOK' DE NOVIA

1. Elección del vestido, y diseño del moodboard de la boda, esto es, los detalles de la organización y ceremonia que mejor reflejen la personalidad de los novios, y cómo quieren casarse.

2. Consulta de coloración del cabello, buscando el tono más favorecedor posible, y manteniéndose siempre dentro de los gustors y sobre todo la personalidad de la novia. Es uno de los primeros pasos, especialmente si vamos a probar con un color nuevo, al que tenemos que acostumbrarnos con al menos algo de antelación.

3. La creación del peinado, que se define mediante tres pruebas orientativas, que vayan modificando levemente la idea del diseño original hasta dar con el recogido más acorde.

4. Consulta personalizada de maquillaje, que llega una vez se decide el peinado, y que tiene en cuenta tanto el tipo de recogido como el diseño del vestido, buscando potenciar la luminosidad de la piel mediante claro oscuros, remarcando las facciones más bellas del rostro, y disimulando cualquier pequeño defecto para centrar la atención exclusivamente en las primeras.

5. Los aspectos a tener el cuenta: forma del rostro, color de la piel, peinado escogido, corte y estilo del vestido, y tipo de ceremonia. Y, por supuesto, los gustos de la novia.

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