Del caramelo al negro en menos de los que se tarda en decir ‘Nueva York’. La neoyorquina de origen chino Vera Wang no sólo debe su fama al gusto de las celebrities por lucir sus vestidos y creaciones sobre la alfombra roja: su punto fuerte son en realidad, los vestidos de novia, hasta el punto de que cada una de sus colecciones es capaz de marcar tendencia, y determinar qué vestidos y looks se pondrán de moda de una temporada a otra entre las novias más chic y glamourosas de la Gran Manzana.
Quizá por este motivo, la demanda de vestidos made in Wang le haya llevado a tener cada vez más presencia en las presentaciones nupciales que tienen lugar en el corazón de Manhattan cada otoño, a modo de pequeño ‘entremés’ frente a la popular New York Bridal Week del mes de abril.
Con menos pompa que la anterior, las colecciones de otoño han ido ganando fuerza y presencia en los últimos años, especialmente debido al incremento de bodas que se celebran fuera de temporada, y nombres como la propia Vera Wang, Carolina Herrera u Oscar de la Renta cuentan ya con dos colecciones anuales de vestidos de novia.
La sorpresa de esta edición, celebrada hace escasos días en Nueva York, ha sido nada menos que la paleta de colores empleada por la diseñadora, y que apunta a un sofisticado y sorprendente equilibrio entre el caramelo y el negro: una transición que sobre la pasarela se presentó casi en forma de degradé de un vestido a otro, y que convertía a las novias Wang en el epítome de una de las tendencias más destacadas de 2011.
Preciosas creaciones de bailarina a lo Cisne Negro, que prescinden por completo del blanco en todos los modelos, así como de los pasteles y empolvados característicos de la diseñadora. Entre los cortes más destacados no escasearon, eso sí, las amplias y voluminosas faldas de tul y los cuerpos con ondas de tejido cortado al láser, presentes en la mayoría de vestidos de novia de la diseñadora.
¿Escogerías el negro como color de tu vestido de novia?
