Han estado trabajando muy duro en su próximo disco de estudio, pero todo “adicto” al trabajo necesita parar de vez en cuando. El cantante Bono, de U2, es un apasionado de la música y sigue conquistando a su público después de 37 años en la brecha, pero todo artista tiene que darle al stop y despejarse, que es precisamente lo que ha hecho el irlandés. El destino ha sido uno de sus favoritos, Saint-Tropez, donde se reunió con un gran grupo de amigos y pudo disfrutar de un paseo en barco y del sol.
Acompañado de su mujer, Ali Hewson, pasó el día en el exclusivo Club 55, uno de los lugares más conocidos y concurridos de la zona. El intérprete, vestido de negro, con camisa roja y un sombrero para protegerse del sol, estuvo además con uno de los compañeros de su banda, Larry Mullen Jr., que se unió a la comitiva. El grupo se trasladó en barco hasta el club donde se relajaron, almorzaron y desconectaron de la rutina.
La banda irlandesa se formó en 1976 y desde entonces se ha situado como uno de los grupos más influyentes de la música pop internacional. Con sus 12 álbumes de estudio han alcanzado un puesto entre el grupo de artistas que más discos han vendido a lo largo de la historia. A lo largo de estas tres décadas han sabido reinventarse pero sin perder la esencia que les ha convertido en estrellas. Se espera que este año lancen al mercado su disco número trece.
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