La fiebre ha llegado a Madrid. A ellas no les importa que llegue tarde o que se le critique en la prensa, su sueño es tenerle cerca, escuchar su música y corear sus melodías. Los “believers” son fieles, creen en su ídolo y confían en él, están incluso dispuestos a esperarle durante el tiempo que haga falta. En España lo han vuelto a demostrar. Decenas de adolescentes llevan cerca de diez días acampados delante de las puertas del Palacio de los Deportes de Madrid, donde esta noche tocará el artista.
Sacos de dormir, mantas, provisiones, enormes sábanas con la imagen de Justin, canciones… Todo listo para hacer la espera más amena. Una espera que hoy termina. El sacrificio ha merecido la pena, pensarán. También en Barcelona están ansiosos e intentaron quedarse en la entrada del Palau Sant Jordi, en esta ocasión con menos fortuna, ya que la policía acabó desalojándoles. Seguro que ahora que quedan apenas dos días para el sábado, vuelven a intentarlo. ¿El objetivo? Estar al pie del escenario y cruzar unos segundos su mirada o hacerle un gesto con la esperanza de que lo vea.
Justin Bieber ya ha recibido su primer baño de gritos y aplausos de incondicionales a su llegada al hotel. Desembarca en España después de una semana en la que las críticas por su comportamiento se han multiplicado, en la que ha cancelado una cita (en Lisboa) y después de haber acabado en el hospital tras uno de sus shows, debido a dificultades respiratorias. Sin duda han sido días difíciles para la estrella adolescente, que en su Twitter oficial ha asegurado que está centrado en su música. ¿Conquistará a sus incondicionales españoles? Esta noche la respuesta está en el escenario.
