El perfecto plan de fin de semana. Britney Spears tiene la agenda hasta arriba de trabajo, pero siempre tiene tiempo para dedicarle a sus grandes amores. Tras su ruptura con Jason Trawick después de un año y medio de relación y planes de boda, la artista ha dedicado por entero su corazón y su cariño a sus hijos, Sean y Jayden. Ellos se han convertido en el centro de su mundo, algo que queda de sobra demostrado en cada uno de los momentos que pasan juntos.
Como hace cada domingo, Britney acompañó a sus niños a un partido de fútbol con otros compañeros de colegio. Con el resto de padres, animó al máximo a sus deportistas favoritos y aprovechó los descansos para jugar también un poco con ellos. Sentada en el césped, ayudó al más pequeño, Jayden, a hacer volteretas y el pino, demostrando que es toda una experta en el arte de las piruetas. Esta vez acudió sola, algo que no ocurrió la pasada semana cuando su exmarido y padre de los niños, Kevin Federline, se unió al plan con su novia Victoria Prince y Jordan, la hija de ambos de 18 meses, demostrando que la relación entre la expareja sigue siendo cordial.
De nuevo soltera y después de haber roto también su vínculo profesional con Jason, Spears dedica toda su energía a su música. Dejó su trono en la edición americana de Factor X para concentrarse en grabar su octavo disco de estudio, un álbum en el que está experimentando con “nuevas texturas” para mostrar una cara “inesperada”, tal y como anticipó uno de sus compositores. El lanzamiento coincidiría a finales de año con los conciertos de Britney en Las Vegas, en el conocido casino Caesars Palace, si se concreta el acuerdo al que tratan de llegar las partes.
