Con una cena íntima en la que estuvo acompañada de su familia, Lolita celebró su cincuenta cumpleaños. La actriz y cantante, radiante con un vestido corto de estampado geométrico, posó a las puertas de su casa madrileña y explicó que no había hecho nada especial, sólo seguir su rutina normal de trabajo. En la casa la esperaban los suyos para acompañarla en una velada tranquila a la que se vio llegar a Ana Villa y Alba Flores y a Pedro Lazaga, marido de su hermana Rosario, ausente porque precisamente esa noche actuaba en directo en un programa de televisión, con su hijo Pedro Antonio y Lola, nacida de la relación entre Rosario y Carlos Orellana.
Una vida dedicada al arte Hija de la Faraona, Lola Flores, y el Pescadilla, Lolita siguió los pasos de sus padres en el mundo de la canción y así, en 1975, publicó su primer disco, Amor, amor, al que siguieron más de una decena de trabajos. Consiguió, con su fuerza y energía, conquistar al público desde el escenario o desde la gran pantalla, donde ha cosechado también numerosos reconocimientos -su interpretación en Rencor, de Miguel Albadalejo, le valió en 2002 el Goya a la mejor actriz revelación. Su aventura interpretativa la ha llevado además a las tablas del teatro: en su obra debut Ana y el trópico, en 2005, encontró no sólo el beneplácito de la crítica sino el amor en su compañero de reparto Pablo Durán, con quien mantiene una estable relación. Actualmente es una de las participantes de la serie de televisión El síndrome de Ulises, en la que ha compartido escenas con su sobrina Alba Flores.
Muy activa, entre sus próximos proyectos se perfila su vuelta al cine en una película en la que compartirá cartel con su hija, Elena Furiase, que está iniciando su carrera como actriz a sus diecinueve años. Su talento y creatividad no se han quedado ahí sino que se han volcado recientemente en una colección de complementos de playa: bolsos, toallas, sombrillas, paletas y chanclas con el dibujo de una gitana vestida de vivos colores, un diseño inspirado en su madre.
