Nuevo disco, nueva imagen, nuevos objetivos… Todo en la vida de Britney Spears huele a cambio y es que la princesa del pop está recuperando poco a poco esa frescura que la hizo merecedora de dicho título. Tras dejar atrás su alocada vida nocturna, sus arranques de genio con la prensa, sus crisis de ansiedad y una dura batalla legal por la custodia de sus hijos (que perdió contra su ex marido Kevin Federline), ha conseguido centrarse en lo que de verdad le importa: su familia y la música. Sean Preston y Jayden James son su prioridad, así que siempre que le toca día de visita, está con ellos.
Sin embargo ha sido su otra pasión, la música, la que ha conseguido ponerla en forma. Más estilizada y experimentando con una nueva imagen para su nuevo vídeoclip, Britney salía del estudio de baile en el que ensaya casi irreconocible: con una peluca negra de media melena, los labios pintados de rojo y gafas oscuras. Su disco Circus, esperadísimo por los fans y la crítica, saldrá a la venta el mismo día en que cumple 27 años, el 2 de diciembre, aunque el primer single Womanizer suena ya en las emisoras.
Sorpresa en los premios MTV Sonriente, sencilla y cercana, Britney reapareció en los premios MTV para convertirse en la triunfadora de la noche con tres galardones. Su imagen, alejada de lo que fue en el último año, conquistó a la audiencia que aplaudió sin parar las veces que subió al escenario. Britney no pudo ocultar su emoción: "Quiero dar las gracias a mis fans. Este premio va dedicado a vosotros. Gracias a Dios por bendecirme así".
