Durante un paseo por Los Ángeles, en el Día de los Caídos americanos, Sheryl demostró lo "enamorada" que está de su niño. Acompañada de un amigo, la intérprete recorrió alguna de las tiendas exclusivas de Malibú y fue precisamente en una de ellas donde tuvo que hacer una parada para darle el biberón a Wyatt. Como se suele decir una imagen vale más que mil palabras y, por eso, la mirada llena de ternura de la artista es la mejor confirmación de que los momentos difíciles -su ruptura con el ciclista Lance Armstrong y la superación de un cáncer de mama en febrero de 2006- han quedado atrás.
Su vida ha dado un giro radical desde que se convirtió en madre. Ella misma aseguró hace poco, en una revista americana, que la adopción del pequeño Wyatt Steven había llenado un hueco en su vida. La cantante comentó entonces emocionada lo mucho que significaba para ella que su familia la llamara "mamá" y los planes de futuro que tiene para su hijo. Ahora que se ha tomado un respiro en su carrera musical está planeando dejar la gran ciudad y mudarse a Nashville, un lugar más tranquilo donde criará a Wyatt. La experiencia de la maternidad ha sido tan gratificante que la artista ya está pensando en aumentar la familia, según explicó, y espera tener algún día "una tropa" de hermanos y hermanas que acompañen a Wyatt al colegio.
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