Los detalles de la nueva aventura de Andrés Acosta, un antes y un después en su carrera

Sostenible y de estilo étnico, el diseñador canario estrena etapa con la creación de su primera colección masculina

Por Mara Mariño

Hay diseñadores cuya carrera parece discurrir entre dos aguas. A un lado, la moda, por supuesto, con esa devoción por reinterpretar una y otra vez las eternas prendas del armario. Al otro, el arte, que sirve de aliento a la creatividad y permite que haya piezas que, más que vestimenta, parecen dignas de estar expuestas en un museo. Los detalles, la historia tras cada creación e incluso la forma de confeccionarla incluyen a Andrés Acosta en esta definición de artista, más que solo como director creativo de su firma. Partiendo siempre de sus Islas Canarias natales, toda su obra buscaba encontrar el equilibrio entre la que es una de las industrias más contaminantes y el medio ambiente. En su nueva colección, con la que inaugura una nueva etapa de su carrera, ha vuelto a conseguirlo.

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De Andrés conocíamos sus vestidos de gala, unos diseños inspirados en el folclore isleño con los que, además de exaltar la silueta femenina, rendía su particular homenaje a algunas de las heroínas canarias. Cristina Pedroche, Lola Índigo o Petra Nemcova (quien lució uno de sus looks en Cannes) fueron algunas de las que confiaron en la maestría del diseñador, conscientes de que los looks de fantasía serían capaces de convertirles, todavía más, en el centro de todas las miradas. Pero "Renovarse o morir" bien podría ser una frase acuñada para él, ya que, en vez de presentar una tercera colección que siguiera la línea de las anteriores, ha preferido salir de su zona de confort y de esas figuras curvilíneas con las que ya se sentía familiarizado, y desarrollar sus primeros diseños masculinos.

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Si alguien podría pensar que en la moda para hombres no tenía cabida la imaginación, Habib Albi, la nueva colección del diseñador cambiará esa idea. El exotismo está más que garantizado si tenemos en cuenta que son las tribus Amazigh del norte de África una de las fuentes de inspiración para Andrés. Esos hombres libres del desierto que vagaban de día y de noche son responsables de las reminiscencias bereberes y arabescas que, junto al personalísimo gusto del canario, se unen. El resultado no es otro que una serie de prendas que, a partes iguales, representan el ADN del director creativo así como el armario que desearía tener. Un anhelo que, si se suma a los encargos de las piezas para novios, responde también a la nueva demanda por parte de clientes masculinos. Se completa así su universo creativo, con piezas tanto para hombres, como para mujeres.

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No podía faltar uno de los requisitos imprescindibles para el diseñador. El compromiso con el planeta sigue presente en esta colección, que fue desarrollada y confeccionada a mano por el propio Andrés Acosta durante el confinamiento. Procesos artesanales hechos en España que le dan nuevos usos a materiales de stock que van desde la organza o el tafetán pasando por el crepe de seda natural en diferentes colores. Aunque por mucho que los tejidos parezcan llenos de vida en las imágenes, son los cristales de Swarovski y las piedras semipreciosas -turquesa, cuarzo, piedra de luna o lapislázuli con ínfulas de protagonismo- las auténticas estrellas de sus diseños. En definitiva, unos looks de alto impacto que confiamos ver pronto -lucida por algunos de los hombres más estilosos- en las alfombras rojas y grandes eventos.