Todavía quedan unos meses para que empiece la maratón de premios en Hollywood, esas frenéticas semanas en las que sindicatos y distintas organizaciones señalan los mejores trabajos de los últimos 12 meses. Sin embargo, este fin de semana han tenido lugar un año más los Governors Awards, concedidos por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas. La ceremonia de entrega de los conocidos como los 'Oscars honoríficos' ha reunido a numerosos rostros conocidos, como Dakota Johnson, Charlize Theron o Jennifer Lopez. La artista del Bronx, que está a punto de estrenar su película Hustlers y se encuentra en pleno rodaje de Marry Me, ha vuelto a acaparar todas las miradas, aunque por un motivo diferente al que nos tiene acostumbradas, y es que ha cambiado totalmente de imagen con su último look.
A sus 50 años, la diva puede presumir de tener una de las figuras más envidiables del panorama internacional, y ha logrado hacer de sus abdominales de acero su seña de identidad. Ella es consciente de ello y busca habitualmente potenciar su impresionante silueta mediante explosivos diseños que enmarcan sus curvas, tal y como ha hecho durante la gira de promoción de su último trabajo, en la que ha mostrado conjuntos de estilos muy diferentes pero con ese denominador sexy en común. Sin embargo, su última elección se aleja de esa sensualidad en favor de una glamurosa estética al más puro estilo Old Hollywood.
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Evocando a grandes musas del séptimo arte como Rita Hayworth o Audrey Hepburn, ha optado por un vestido palabra de honor en línea 'A' que, lejos de ceñirse a su cuerpo, contaba con un patrón voluminoso. Se trata de una creación de la firma Reem Acra confeccionada en un tejido satinado en tono aceite, que agrega una sencilla doblez sobre el pecho y cae hasta el suelo con una larga falda evasé. Para potenciar ese efecto de alto impacto tan característico de los años 50, añade un lazo que cae desde la espalda a modo de adorno. Lo ha combinado con bolso de mano a contraste, una pieza rígida en terciopelo negro de Tyler Ellis, y calzado de Tom Ford.
Tan fabuloso como este diseño han sido las joyas con las que lo ha combinado, un conjunto de pendientes de aro en clave XL cuajados de diamantes y gargantilla a juego, todo de Harry Winston. Para cederles el protagonismo, ha recogido su melena en un moño trenzado que despejaba su rostro, y ha optado por un maquillaje que potenciaba su piel atezada, con sombras en tonos tierra y labios nude.
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