La nueva 'businesswoman'

El 'power dressing' es el término que define el armario de la mujer de negocios, especialmente en las altas esferas

Por Ana Riaza

Vestir como una businesswoman. Sin hombreras ochenteras ni americanas oversize. El concepto de power dressing nació en los años 70 -cuando las mujeres que se habían incorporado al mundo laboral comenzaron a asumir figuras de mando en las empresas, y tenían que vestirse, por primera vez, como una mujer de negocios-, aunque no ha sido hasta los últimos años que el término ha vuelto a ponerse de moda, convirtiéndose en una de las tendencias más 'potentes' dentro y fuera de las grandes oficinas.

Como prácticamente cualquier otra tendencia, el power dressing ha dejado de estar reducido simplemente al entorno de las altas esferas: hoy en día lo practican desde Michelle Obama hasta las royals europeas, las actrices de Hollywood, las diseñadoras de moda e incluso las socialités e influencers de Instagram. Sólo hay que saber cómo y cuándo llevarlo, con unas pocas normas que se pueden adaptar a nuestro estilo.

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1. PANTALÓN CON ESTILO. Sienna Miller demuestra que el power dressing no está reñido con las últimas tendencias: pantalones en azul marino, sí, pero mezclando tejidos y texturas en mate y brillante. Amal Clooney se aprovecha del dos piezas 'uniformado' de los chicos, con americana y pantalones en gris y diseño de rayas verticales pinstripe y camisa blanca, con el añadido del tacón en color gris claro.

En televisión el ejemplo más claro de power dressing lo encontramos en las series con tramas políticas o legales: Calista Flockhart fue en los 90 una power dresser de referencia durante la emisión de 'Ally McBeal', un papel que hoy en día encarnan las actrices Kerry Washington en 'Scandal' o Julianna Margulies en 'The Good Wife'. El armario de esta última, metida en la piel de la abogada y aspirante a Primera Dama Alicia Florrick, es un auténtico abanico de firmas de primera línea -sobre todo Armani y Escada-, orientadas exclusivamente al power dressing: dos piezas muy entalladas de falda o pantalón con americana, a menudo en un único color, sólido o como mucho jaspeado, con apenas estampados, y abundantes piezas en gris, azul marino o rojo.

2. SI NO SABES QUÉ VESTIR, VISTE COMO MICHELLE OBAMA. El diario 'The Guardian' incluía este tip en su recopilación con las normas en power dressing que nos ha dejado la serie 'The Good Wife'. Tanto la Primera Dama de los Estados Unidos como Alicia Florrick, la abogada de ficción encarnada por Julianna Margulies, llevan cortes y colores similares, a veces coincidiendo de lleno con las mismas prendas 'poderosas'.

El manual de estilo de Alicia Florrick en su papel de businesswoman es tan poderoso que incluso el diario británico The Guardian se hacía eco hace unos meses -la serie está ya en su séptima temporada-, de cinco de sus lecciones clave en power dressing. Entre ellos, el saber ajustarse a los clásicos del vestuario de oficina, el elegir piezas de joyería grandes (incluidos broches, gargantillas tipo choker, brazaletes o pendientes) que hablen por sí mismas, o, quizás el consejo más práctico de todos, el seguir a pies juntillas el mantra "cuando no sabes qué hacer, copia a Michelle Obama", apuntando hacia un traje gris de Michael Kors con cuello abierto que habrían lucido tanto la Primera Dama de los Estados Unidos como la abogada de ficción.

Amal Clooney, la power dresser moderna

El power dressing no es exclusivo de la 'tele': en la vida real, encontramos mujeres ejerciéndolo en su vestuario cada día, especialmente si son mujeres de negocios. Un ejemplo de carne y hueso cuyo estilo business lleva dando qué hablar desde que entró en la esfera pública -al menos, la esfera celebrity-, es la abogada Amal Clooney, que le ha dado por completo la vuelta a la idea de la businesswoman: sus estilismos huyen de los grises y negros en favor del rojo brillante, el naranja, el rosa o incluso el color-block, recuperando líneas clásicas como el vestido camisero o la falda lápiz en crepe, tweed o sastre. Amal a menudo complementa estos looks con accesorios que contrastan con el resto del vestuario, cambiando el aburrido portafolio de piel por un bolso de diseño, o escogiendo joyas sencillas pero con carácter, que dejan entrever la personalidad de quien las lleva.

3. TODOS LOS COLORES VALEN. Amal Clooney se ha encargado de renovar y volver a poner de moda el power dressing, después de convencer con cada uno de sus looks de negocios. Amal es una abogada de renombre internacional que no le tiene miedo a los colores fuertes como el rojo (el vestido camisero con maxibotones de la izquierda es un Dolce & Gabbana), o el butano, combinados a menudo con tonos neutros sobre prendas de líneas clásicas y sin sobrecargarlo con complementos.

Aunque todas estas normas parezcan sencillas fuera de las paredes de la oficina, cuando se trata de 'competir' en el entorno laboral, especialmente si buscamos el efecto uniforme que suelen tener en común los hombres (todos van de traje), resulta más complicado no acabar renunciando al propio estilo.

De ahí que el armario de Amal Clooney genere tanto interés: ya vaya vestida de Dolce & Gabbana o Chanel, el resultado no deja de ser impecable, lejos de otros uniforme de negocios históricos, como los conocidos trajes de Aquascutum, prácticamente idénticos, de quien fuera primera ministra del Reino Unido en los años 80, Margaret Thatcher, la infinita selección de chaquetas de color (todas iguales) de la canciller alemana Angela Merkel, o el estricto peinado bob de Anna Wintour, que consigue que la editora de moda tenga idéntico aspecto en cualquier aparición pública, independientemente de quién la vista. El 'estilo Amal' se acercaría más al de Diana de Gales, otra power dresser icónica, que renovó por completo su vestuario tras su separación de Carlos de Inglaterra, adquieriendo voz propia en el proceso.

4. EL 'LOOK' MONOCOLOR ES UN ACIERTO SEGURO. A la hora de 'uniformarse', nada como un total look en un único color. Esta estrategia aparece a menudo en las series de televisión con mujeres de negocios al frente, y también entre las celebs y royals. Emma Watson se convirtió en trending topic el año pasado tras dar un discurso en las Naciones Unidas, y lo hacía con un dresscoat gris de pies a cabeza. El total look en rojo de la Duquesa de Cambridge se corresponde con su primera visita oficial a Australia y Nueva Zelanda, y recuerda al estilo de otra power dresser icónica, Diana de Gales. Y Charlize Theron, que lo apuesta todo al blanco, traje y camisa incluidos.

¿Más ejemplos Hollywood? Victoria Beckham, una mujer hecha a sí misma tras pasar por el altar junto a David Beckham, uno de los futbolistas más famosos del mundo y capaz de eclipsar a cualquiera, ser madre de cuatro niños y fundar una firma de moda con su propio nombre que desfila en Nueva York. La misma firma incluye numerosos ejemplos de power dressing en los trajes de sus colecciones. Posh Spice maneja como nadie el estilo de la mujer de negocios, mezclándolo con tendencias de temporada como el pantalón culotte, y haciendo uso a menudo de la infalible camisa blanca que vale para todo.

5. 'STREETWEAR' + 'POWER DRESSING'. Posh Spice ha hecho de este estilo una seña de identidad que aparece a menudo en sus colecciones de moda: total looks monocolor, tejidos rectos como el crepe, colores lisos como el azul marino o el marrón... o la eterna camisa blanca. Los estilismos de Jessica Alba y Sienna Miller muy bien podrían ser intercambiables, aunque cada una lo personaliza a su modo: una prenda de rayas verticales, otra en un color liso y taconazo con statement bag.

Más celebs reconvertidas en mujeres de negocios: Jessica Alba, que desde hace varios años concede más peso a su proyecto de productos eco para familias y bebés que a su carrera como actriz. Cuando viste de mujer de negocios, suele cambiar los vestidos de flores y las prendas rockeras por dos piezas de falda y pantalón, dejando aparcados los pantalones skinny por otros rectos o incluso de pata ancha, y usando a menudo blazers entallados, largos a la cadera, con tops básicos. Un estilo correcto y a medio camino entre el power dressing y el streetsyle, y que comparte con Sienna Miller, que también ha conseguido combinar el estilo businesswear con su armario personal en su particular ascenso a la cumbre de Hollywood.

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