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Tras su presentación, Valentino posa con algunas de la modelos de su desfiles.
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Siempre fiel a una moda romántica y elegante, Valentino viaja a la década de los 60 para dar forma a sus nuevas creaciones de Alta Costura. Para mayor precisión, el diseñador italiano se inspira en la colección de Haute Couture toda en color blanco que presentó en 1968; un año muy significativo en la historia de este creador, ya que fue el mismo en el que diseñó el vestido nupcial de Jaqueline Kennedy para su enlace con el multimillonario Aristóteles Onassis.
Con un patronaje muy fiel al estilo más clásico de su firma, Valentino presentó una colección de líneas femeninas, que matizan la cintura, y en la que destacan sus drapeados y estampados de lunares en relieve. Para la noche, sus vestidos se adornan con encaje y pequeños volantes; muestran el busto muy marcado, y se complementan con abrigos y boleros que crean pronunciados volúmenes en la zona de los hombros. En cuanto al color, y como no podía ser menos a tenor de la fuente de inspiración de estas propuestas, el principal protagonista es el blanco, aunque se salpica con algunas pinceladas en tonos pastel y detalles en plata.
Moda para hacer soñar que reunió a pie de pasarela a numerosos rostros conocidos, fieles admiradores de este creador. Por ejemplo, se pudo ver a las modelos Inés Sastre y Natalia Vodianova, y a la actriz Marisa Berenson, entre otras.
