¿Cuál es el color fetiche de Brigitte Macron?

A pesar de la diferencia de edad, Brigitte Trogneux se ha convertido en la compañera de vida perfecta para el presidente de la República Francesa. En el año 2007, los Macron ponían el broche de oro a su romántica y casi platónica historia de amor y, desde entonces, su relación no ha hecho más que fortalecerse. Los ojos del mundo se posan en ella a diario, sin embargo, su elegancia y estilo clásico y refinado consiguen hacer olvidar que Trogneux es veinticinco años mayor que su marido.

Desde entonces, Brigitte se ha convertido en la perfecta embajadora de la moda francesa, pues, desde hace tiempo, apuesta casi siempre por prendas made in France. En este sentido, destaca sobre todo el idilio que la esposa de Emmanuel Macron mantiene con Louis Vouitton, firma con la que la Primera Dama guarda una especial relación gracias a la amistad que mantiene con el director creativo de la Maison, Nicolas Ghesquiére. Sin embargo, más allá de estos dos factores, si hay algo que llame especialmente la atención en los ‘looks’ de Brigitte Macron es un color que se ha convertido en su mejor aliado a la hora de vestir. El azul.

En diversas tonalidades, el azul se ha convertido en el mejor compañero de Macron. La Primera Dama de Francia lo utiliza en ocasiones especiales, aunque la que más destaca es la de la toma de posesión de su marido el pasado 14 de mayo. La elección de un conjunto en color azul bebé firmado por Vuitton fue todo un acierto y una declaración de intenciones de que llegaba al Elíseo dispuesta a convertirse en la mejor embajadora del chic francés. El diseño estaba compuesto por una chaqueta de crepé de lana con doble botonadura, detalles que recordaban al estilo de la icónica Jackie Kennedy; y un vestido a juego con falda por encima de la rodilla y bandas en el pecho marcando la cintura.

El día de la victoria tras resolver los comicios, Brigitte Macron volvió a recurrir a su binomio preferido: Vuitton + azul. Gracias a la firma francesa, en el estilo de la Primera Dama se puede apreciar un sutil refinamiento. Para la ocasión, Macron escogió un abrigo con cuello metalizado con el que casi consigue robarle el protagonismo al recién elegido Presidente de Francia.

Hace tan solo unos días, la Primera Dama acudía junto a su esposo a un concierto de la Filarmónica de París con un vestido de color celeste, manga corta y corte midi.

Fiel a la firma de Ghesquiére, en la que tiene una confianza plena, la Primera Dama de Francia recibió el pasado mes de mayo en el Elíseo a la princesa Mary de Dinamarca con un vestido recto en tono azul cobalto y corte midi del mismo color que su chaqueta, combinación que se prefija como una de sus favoritas. Como calzado, optó también por unos salones de la firma francesa con un toque metalizado en la punta.

Su personal actitud para la moda se confirma en los pequeños detalles, como este bolso con adornos étnicos del que se enamoró en su reciente viaje a Italia, con motivo de la cumbre del G7.

Con pitillos y un jersey de cachemir con cuello de pico. Así recibió a finales de junio Brigitte Macron a Arnold Schwarzenegger en el Elíseo. Un ‘look’ sencillo que combinó con accesorios en tono nude, perfectos para completar cualquier estilismo y que, sin embargo, recibió numerosas críticas al tacharse de demasiado informal.

En abril volvíamos a ver a Macron vistiendo de azul en un partido de fútbol en Marsella. En esta ocasión, la presencia de este color se redujo simplemente a un foulard, sin embargo, este pequeño y colorido detalle reconfirma que se trata uno de sus colores de confianza.

La paleta cromática básica en el armario de la primera dama francesa se reduce a negro, blanco y a gris. ¿La nota de color? De nuevo el azul, como este abrigo de lana que acompaña con una pashmina.

Los plumíferos se convirtieron en una de las prendas más deseadas del invierno pasado. Su magnetismo también enganchó a la Primera Dama, quien, sin dudarlo, se hizo con uno en color azul eléctrico.

En el mes de marzo, la esposa del entonces candidato a la presidencia acudió a un homenaje en recuerdo de la masacre de Oradour-sur-Glane con un conjunto en blanco y negro y, por supuesto, una sudadera de su color preferido.