Carolina de Mónaco es bien reconocida por su sofisticado maximalismo, un estilo aparentemente contradictorio que pocas saben dominar. Las mujeres de la casa Grimaldi están destinadas a heredar el gran sentido de la moda de sus antecesoras, pues así lo ha demostrado la Princesa, quien se mimetizó desde muy joven con su madre, la elegantísima Grace Kelly. Del mismo modo, se lo ha sabido inculcar a Carlota Casiraghi y Alejandra de Hannover, ambas invitadas de primera fila a los desfiles más selectos con dos estilos muy dispares. Desde hace décadas, muestra fuerte predilección por el color blanco y una fidelidad casi indestructible hacia la casa Chanel, antes dirigida por su confidente Karl Lagerfeld. El legado de Carolina de Mónaco como icono contemporáneo perdura por su innovación y atrevimiento, características con las que rompió los moldes de lo que significaba vestir como una royal.
- Una conocida actriz versiona la combinación infalible de Carolina de Mónaco
Se fijó en la Reina
Durante la cena con motivo del Día Nacional de Mónaco en 2018, lució un elegante vestido largo con capa asimétrica que, curiosamente, también había llevado doña Letizia un año antes. Se trata de una creación de Stella McCartney que contiene muchos de los sellos distintivos de la esposa de Felipe VI: su querido color rojo, el añadido de capa y el escote de cuello a caja.