En el día de ayer, viernes 15 de mayo, Melania Trump asistió junto a su marido, el presidente Donald Trump, a un acto celebrado en los jardines de la Casa Blanca. Y, al igual que hiciera el pasado mes de febrero con la blusa de lunares que llevó en una rueda de prensa en la Casa Blanca, la Primera Dama parece haber tomado inspiración una vez más en el armario de doña Letizia. En esta ocasión, la mujer del presidente de Estados Unidos apostó por un vestido de corte tubo y largura midi, sin mangas y con cuello a la caja, confeccionado en un tejido blanco ligeramente satinado y firmado por Jason Wu. Sin embargo, lo que más llamaba la atención del diseño es su estampado, con pequeñas manchas irregulares en una variación de tonos entre el negro, azul, verde y naranja, que conseguía simular el efecto de los lunares a medio camino entre éstos y las flores.
Una versión muy original de ese print que parece haberse convertido en uno de los grandes favoritos de las mujeres de la realeza europea. Precisamente, la propia Melania ha recurrido a él en numerosas ocasiones. La última tuvo lugar el pasado mes de febrero, cuando recuperó un vestido de Dior que ya había llevado hacía 3 años. Pero, si hay una royal experta en lo que a lunares se refiere, esa es doña Letizia. La Reina, que cuenta en su vestidor con una gran cantidad de prendas con ese estampado, ha sabido versionar el print más atemporal con diseños muy originales.
Uno de los más famosos es el vestido blanco de Massimo Dutti con estampado de pequeños cuadrados irregulares que ha llevado en hasta 4 ocasiones, aunque también ha recurrido a modelos más clásicos como el vestido de estética andaluza que incluso Zara versionó. Prendas la gran mayoría en largos midi con falda evasé, una de las siluetas más favorecedoras. Melania, por su parte, ha optado por un diseño entallado que marcaba sus curvas e incluía toques de color, quizá en un deseo por transmitir una imagen más alegre, calmada y optimista.
Precisamente, la Primera Dama completó el conjunto con unos stilettos en color naranja con efecto piel de serpiente, de Manolo Blahnik. El cabello, suelto y peinado con la raya en medio y ligeras ondas que caían sobre sus hombros, se coordinaba a la perfección con la naturalidad de su maquillaje, con delineador y máscara de pestañas para marcar la mirada, rostro bronceado con mejillas en tonos tierra y ligeros toques de iluminador para esculpir el rostro. Como broche final, un gloss rosa muy discreto, manicura nude y dos anillos de brillantes como únicos complementos.
