Estos días, la Costa Azul acoge el prestigioso Festival de Cannes, un glamuroso evento en el que las celebrities derrochan elegancia y sofisticación tanto dentro como fuera de la alfombra roja. Coincidiendo con la famosa muestra de cine, se celebran también numerosas fiestas publicitarias y eventos benéficos, como la gala Global Gift, patrocinada por la fundación Eva Longoria, que busca crear un impacto positivo en la vida de los niños, mujeres y familias que más lo necesitan. La actriz fue la protagonista indiscutible de la noche, y se enfundó un impresionante vestido brillante que recordaba a elecciones anteriores de dos de las royals británicas más estilosas de la historia: Meghan Markle y la princesa Diana.
La protagonista de Mujeres Desesperadas está protagonizando un intenso maratón de estilo a su paso por la Riviera Francesa en el que se ha 'enfrentado' incluso a Beatrice Borromeo. Lleva más de 12 conjuntos en una semana, y, a pesar de que todos ellos han resultado totalmente acertados para cada ocasión, el último ha logrado convertirse en uno de los más llamativos no solo por lo fabuloso que es el diseño que lo protagoniza, sino por la curiosa conexión que ha generado. Eva ha elegido un entallado vestido azul noche de Jonathan Simkhai cuajado de lentejuelas y con gran abertura en la pierna que ha acompañado de sandalias negras con pulsera al tobillo y joyas de Daimondi.
Esta pieza evoca a uno de los looks premamá de Meghan Markle que se hicieron virales, el que escogió el pasado enero para acudir a una actuación solidaria del Circo del Sol. La Duquesa se encontraba por aquel entonces en su segundo trimestre de embarazo y ya tenía una abultada barriguita, que decidió potenciar mediante una creación de Roland Mouret que guarda varias similitudes con el último vestido de gala de Eva Longoria. Al igual que el de la actriz, estaba confeccionadao en un tejido azul de pailletes, contaba con manga larga y abertura en la falda para mayor comodidad al andar. La mujer del príncipe Harry también remató con sandalias negras en clave minimalista, aunque optó por joyas más discretas. Una de las principales diferencias reside en el escote, puesto que la duquesa de Sussex quiso ser fiel a su esencia al optar por el cuello barco, ya conocido por numerosas firmas internacionales como 'escote Meghan', mientras que Eva se ha decantado por el perkins.
A su vez, la elección de la duquesa de Sussex escondía un emotivo homenaje a Diana de Gales, la que hubiera sido su suegra y a quien ha recurrido en varias ocasiones como fuente de inspiración de moda. La recordada Princesa llevó en varias ocasiones un diseño similar, aunque en un tono más verdoso y corte adaptado a las tendencias de la época. El suyo estaba firmado por Catherine Walker, una de sus firmas de cabecera, y añadía mangas abullonadas, escote en 'V' y detalles fruncidos en la cintura. Su impacto fue tal que llegó a ser subastado en 2013 por más de 100.000 euros, por lo que no sorprende que a día de hoy continúe influyendo tanto a royals como a actrices.
