De nuevo, sus compromisos oficiales hacen coincidir a Máxima de Holanda e Ivanka Trump. Una nueva cita de dos mujeres que saben de moda y hacen de gala de estilos muy aplaudidos en los que impera una fuerte personalidad a la hora de interpretar las nuevas tendencias. En esta ocasión, sus agendas señalaban su presencia en el Women Entrepreneurs Finance Initiative, un proyecto supervisado por el Banco Mundial que se ha celebrado en Nueva York. Dos looks muy diferenciados, dos visiones de cómo dar la bienvenida al otoño.
Aunque ha sido una de las últimas royals en llegar a Nueva York (reinas y princesas se dan cita en la Gran Manzana en septiembre con motivo de sus compromisos con las Naciones Unidas), Máxima de Holanda ha sabido cómo hacer de su presencia una declaración de intenciones con la que no pasar desapercibida. Su elección ha sido un look potente dominado por una gama cromática con matices rojizos. Sobre sus hombros, descansaba un abrigo recto en tonalidad vino, bajo el que llevaba un vestido con brocados. En el interior, permitió ver esta prenda en su totalidad y desveló que no tenía mangas y que incorporaba unos originales adornos de plumas a modo de ribete en los hombros.
Por su parte, Ivanka Trump optó por un estilismo más sobrio y se decantó por un traje de lana con estampado Príncipe de
Gales. Un conjunto de la colección de otoño-invierno 2018-2019 de Altuzarra compuesto por chaqueta (1.864 euros) y falda tubo (760 euros) con estratégicos cortes que rompían con el clasicismo del diseño.
Bajo la chaqueta gris, que recreaba en el pecho un original fruncido que recreaba un corte tipo trench, Ivanka llevaba un discreto top negro cruzado. Un binomio al que recurre con frecuencia en su faceta como empresaria y que combinó con sus ya conocidos salones. Esta vez, a diferencia del look la recepción por la Sociedad de la Medalla al Honor del Congreso en la Casa Blanca, optó por un look de belleza con cierto aire hollywoodiense: melena con ondas, raya al medio, y barria de labios en rojo brillante.
