Amal Clooney: cuando recuperar vestidos de hace medio siglo se convierte en una pasión

La abogada ha vuelto a rescatar un tesoro 'vintage' de una de sus tiendas de referencia

Por María Calvo

Amal y George Clooney guardan una estrecha relación con Venecia. Allí se casaron y allí han vuelto por primera vez tras ser padres de gemelos para acudir a la Mostra de cine que se celebra estos días en la ciudad de los canales. La abogada ha desplegado en la isla de Lido una colección de vestidos que ponen en relieve un selecto gusto a la hora de vestir: desde el Versace malva con el que pisó la alfombra roja, hasta una joya vintage que ha elegido para celebrar el éxito de Suburbicon, una película dirigida por su marido. Se trata de un tesoro firmado por Madame Grès, todo un icono de moda de los años 50, rescatado por William Vintage, especialistas en el vintage de lujo. Y es que Amal Clooney tiene predilección por acumular en su armario grandes tesoros de décadas pasadas.

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Este vestido es una joya de 1968 que ha sobrevivido al paso del tiempo. Es un diseño confeccionado en ocho capas de gasa de seda en azul y verde, cada uno drapeado de forma asimétrica alrededor del cuerpo. Es un magnífico ejemplar de la alta costura francesa de los años sesenta que ronda los 11.300 euros y está disponible en la web de William Vintage. Fue obra de Madame Grès, considerada una de las diseñadoras más importantes del siglo XX, cuyos diseños llevaron grandes damas como Wallis Simpson (duquesa de Cambridge), Marlene Dietrich, Greta Garbo o Jacqueline Kennedy. Las únicas piezas que se conservan de esta casa de alta costura están en museos, colecciones particulares o empresas especializadas, ya que la última tienda de Grès que quedaba en pie se cerró en 2012.


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Sin embargo, no es la única vez que la esposa de George Clooney ha llevado piezas rescatadas por William Vintage. Durante el festival de la Berlinale de 2016, deslumbró sobre la alfombra roja con un diseño de Yves Saint Laurent de 1981, considerado una pieza de coleccionista e incluido en el libro ’25 Dresses’, de William Blank-Blaney. Es un vestido largo, cubierto de lentejuelas con una sobrefalda de tul transparente y rematado por un volante fruncido.

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