Kate Winslet es la nueva 'femme fatale' del cine

En 'La modista', la actriz encarna a una costurera recién salida de París que regresa a su Australia natal para darle la vuelta a la moda de los años 50

Por hola.com

Rita Hayworth, Marlene Dietrich, Anita Ekberg. Son algunas de las actrices que se cuelan, aunque sea en esencia, en la nueva película protagonizada por Kate Winslet: La modista, que se estrena hoy 18 de marzo, divide su atención entre la historia de una diseñadora de modas que regresa a su Australia natal después de aprender las técnicas de costura del París de los años 50, y el magnetismo de la femme fatale dispuesta a cometer venganza, que bebe directamente de estas diosas del celuloide. Una colección de divas que se prolonga en pantalla con muchas otras referencias, que van desde el estilo y la melena rubia de Verónica Lake, a la sensualidad de Ava Gardner o la firmeza de Lauren Bacall: la suma de todas ellas da como resultado una 'mujer fatal' contemporánea.

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El filme, basado en un bestseller del mismo nombre, funciona a varios niveles: por una lado, la película cuenta la historia de Tilly, una modista interpretada por una voluptuosa Kate Winslet de curvas fifties, que vuelve a casa tras trabajar durante varios años en las exclusivas casas de moda de París, con el objetivo de cerrar algunas heridas del pasado; por otro, el efecto que tiene el vestuario en pantalla, que nos devuelve de lleno a aquella década, descontextualizando la costura que se realizaba entonces en Europa, y sumergiéndola de lleno en una Australia rural, en un ejercicio casi surrealista donde los vestidos se convierten en un paseo por la historia reciente de la moda y al mismo tiempo en una herramienta de venganza.

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El diseño de vestuario es un elemento esencial de cualquier película, especialmente en las que nos trasladan a una época diferente, aunque en este caso se convierte en un arma de doble filo. "Una amiga diseñadora me dijo en una ocasión que la Alta Costura es un arma, y se me quedó grabado", explica la directora, Jocelyn Moorhouse, al preguntarle por la producción de los vestidos y su efecto final en pantalla. "Me gusta jugar con la idea de que una persona sea capaz de utilizar sus dotes para diseñar prendas que transforman a la gente, y al mismo tiempo usar eso contra esas mismas personas".

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CHRISTIAN DIOR vs. VIONNET Y BALENCIAGA

En escena, el personaje interpretado por Kate Winslet se aprovecha de las mujeres de su localidad natal, apelando a su sentimiento de vanidad, y explotando el hecho de que llevan mucho tiempo sin verse ni sentirse guapas: el resultado es un conglomerado de diseños de costura sacados fuera de contexto, que desfilan en pantalla transformando tanto el entorno como a los propios personajes. "Tilly se ha formado como modista de Alta Costura en Francia, con Balenciaga, Dior y Madame Vionnet", explica Kate Winslet. "Los habitantes del pueblo no entienden lo mágicas que son sus creaciones, creen que son simples vestidos."

En los años de la década de los 50, posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la Alta Costura se dividió en dos movimientos: por un lado, Christian Dior, que crearía el New Look en 1947, un tipo de confección de moda que devolvió a las mujeres al corsé y a la cintura de avispa. Por otro, Madame Vionnet y Balenciaga, que centraron su confección en la ausencia de artificios, explorando las diferentes maneras en las que la tela puede cubrir el cuerpo para resaltar sus virtudes y ocultar sus defectos. Fue en esa época cuando los diseñadores franceses empezaron a influir en las cadenas de producción textil y en la cultura juvenil. "La moda de los años 50 venía de un ambiente de sacrificio: todo el mundo se había visto sometido a la austeridad de la guerra" explica la directora. "Entonces llegó Christian Dior y lo cambió todo. Y Balenciaga. Cambiaron los cortes, y el uso de las telas, y crearon verdaderas obras de arte".

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Para recrear este ambiente se crearon en total más de 350 trajes para todo el reparto, además de los de la protagonista: para marcar la diferencia entre unos y otros, el equipo de confección de vestuario se dividió en dos grupos independientes, dirigidos por dos diseñadoras distintas, siguiendo la misma norma que funcionaba para los couturiers de los años 50: "Utilizamos como fuente de inspiración el trabajo de los diseñadores europeos de la época, para que las creaciones destinadas a las mujeres del pueblo fueran fieles a ellos, añadiendo al mismo tiempo un toque de pensamiento futurista". Los trajes de Kate Winslet en pantalla también tenían que resultar elegantes y chic, pero menos llamativos: "Las modistas suelen reservar los vestidos más vistosos para sus clientas; ellas se visten con un estilo más chic y comedido".

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El principal contraste de vestuario de la película, sin embargo, es el que se produce entre el antes y el después de la llegada de Tilly a Australia: la moda pre-Tilly estaría enclavada aún en los años 30 y 40, y no es hasta que la costurera comienza a hacer de las suyas que aparecen nuevos colores y cortes, más modernos y europeos. Las tonalidades en el vestuario de los actores dan el cambiazo a los beis, off whites y tofes de sus vestidos de algodón y monos de trabajo sin forma, por diseños entallados llenos de textura, elaborados con capas de organza de seda blanda plisada, en colores como rubíes, mostazas y esmeraldas. "El diseño del vestuario es el motor de la narrativa visual de la película. Los habitantes desaparecen entre los tonos suaves de este pueblecito, que se ha quedado atrás en el tiempo. Y entonces aparece Tilly con su Singer bajo del brazo", puntualizan desde el equipo de producción del filme.

Un tercer y último elemento en discordia fashion sería la presencia de otro personaje, otra modista, llamada Una (interpretada por Sacha Horler), que llega al pueblo para competir con Tilly, y con quien las diferencias de costura se hacen evidentes. "Hacer trajes que queden mal supone todo un reto para las patronistas, cortadoras y costureras", explica Marion Boyce, el brazo encargado de confeccionar los 350 vestidos del reparto, excepto los de Kate. "Por ejemplo, recuerdo que cuando confeccionamos el vestido de boda de uno de los personajes, teóricamente diseñado por Una, me decían: 'pero si es de color crema y debería ser blanco', y yo les contestaba: ‘¡ahí está la gracia!’. A las costureras les duele hacer algo mal a propósito, pero al final merece ver ese vestido de novia, al que le sobra tela por todos lados".

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EL VESTIDO ROJO DE KATE

Hay una escena fundamental, poco después de que Tilly haya regresado a Australia, que refleja perfectamente el poder del diseño de vestuario, y de cómo conduce la narración de la película. "Tilly decide dejarlos a todos boquiabiertos a su llegada", comenta Kate Winslet. "Se presenta en un partido de fútbol local vistiendo un traje rojo ceñido, espectacular, además de unos zapatos de tacón alto. Con cigarrillo de boquilla y gafas oscuras: todos los complementos. Así es como hace su aparición". El diseño del vestido, a cargo de Margot Wilson, la segunda diseñadora de vestuario a la que se confió la creación de los vestidos de Kate, consiguió ese equilibrio entre sofisticación parisienne y el efecto comedido de la modista, que se convierte en el personaje más seductor en pantalla. "Margot me comentó: 'mira, tengo esta tela que compré hace veinte años en Milán, sabiendo que algún día la utilizaría para algo especial'", detalla Kate, "'aunque no tenía ni idea de para qué'. Fue un honor que hiciera el vestido con esa tela. Es extraordinario trabajar con una diseñadora que se preocupa tanto por un personaje que está dispuesta a sacrificar por él parte de su arsenal de telas, de su pasado".