Paloma Cuevas, elegida la mujer más elegante de 2005

Cuando un año más comenzamos a buscar, con su ayuda inapreciable, a la mujer más elegante de 2005, dejamos un interrogante abierto que, al fin, tras dos reñidas semifinales, ha dejado un nombre al descubierto: Paloma Cuevas vuelve a ser coronada por nuestros lectores como la mujer más elegante de este año que nos deja. Y vuelve a serlo porque en 2003 ya ocupó nuestra portada como la mujer, según nuestros lectores, con más clase y elegancia, y desde 2001 siempre ha estado en el podio de honor, en una de las tres primeras posiciones, demostrando que quien vota no lo hace pensando en un momento determinado, sino toda una sucesión de días marcados por el buen gusto: «Paloma Cuevas lleva la elegancia por montera». Y la lleva siempre como una segunda piel que no se pierde nunca.

A pesar de que a la mujer del diestro Enrique Ponce le gustaría pasar inadvertida y que recibe con gran humildad este reconocimiento, un porcentaje muy significativo de votos ha ido destinado a su persona. Por algo será. Y es porque quien es elegante no hace ostentación de nada. Simplemente, refleja. Y Paloma Cuevas refleja destellos de elegancia en cada acto público al que acude, sin olvidar su presencia en momentos más íntimos y privados, donde también viste acorde a las circunstancias, sin estridencias, pero siguiendo las tendencias que más van a su persona.

Paloma versus elegancia
No hay acontecimiento social que se precie que no cuente con los destellos de Paloma Cuevas. Y no porque ella tenga ningún afán de protagonismo, que no lo tiene, sino porque su elegancia brilla. Y brilla porque aúna un físico envidiable con un corazón noble y una mente preparada. La esposa de Enrique Ponce se graduó en Ciencias Empresariales Internacionales por la Universidad de Boston y ha seguido su formación con, entre otros, un curso de Asesoría Fiscal y Técnicas Tributarias Internacionales en Madrid. Además, sabe disfrutar de la vida, combinando el campo (los benditos campos de la serranía de Jaén, donde tienen ‘Cetrina’, un cortijo en el que disfrutan del contacto directo con la Naturaleza) con la gran ciudad (para ella, la ciudad son las amigas que la habitan, las personas que la apoyan y todo lo bueno que día a día va apreciando).

La elegancia nace, en muchas ocasiones, de saber valorar lo que se tiene..., y si Paloma Cuevas valora algo sobre todas las cosas es a su marido, el diestro Enrique Ponce: «Enrique es lo más maravilloso que me ha sucedido en la vida». A Paloma le gusta la vida sencilla, sin grandes estridencias. Y esta tendencia vital la traslada al mundo de la moda. Por eso es partidaria de los maquillajes muy suaves, del pelo suelto y libre, de la sombra débil sobre los ojos y del color de labios discreto. Sabe qué llevar en cada momento. Y nos sorprende. Siempre nos sorprende por saber llevar un paso más allá su elegancia.

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