Las camisetas más copiadas

Las prendas de la firma española Custo Barcelona se han convertido en objeto preferido por los piratas de la moda

Camiseta con ilustración de Jordi Labanda de su colección de primavera-verano 2001.
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La firma española ha interpuesto un total de 50 denuncias en sólo tres años.

Los hermanos David y Custo Dalmau han creado en menos de 10 años Custo Barcelona, una de las firmas españolas de moda más importantes a nivel internacional. Aunque Australia y Estados Unidos son sus principales mercados, poco a poco han ido incrementando su presencia en todo el mundo: Japón, China, Canadá...

De todas sus creaciones, las que más acogida han tenido por parte del público han sido sus camisetas, que además se han convertido en un sello de identidad. El barroquismo de sus estampados, que entremezclan distintos colores y modelos en cada diseño, son su rasgo definitorio. Incluso el ilustrador Jordi Labanda imprimió sus característicos dibujos en éstas.

El espaldarazo definitivo se lo dio Julia Roberts al lucir una de las camisetas en la película Novia a la fuga. A raiz de aquello, la "reina de Hollywood" y otras actrices son fans de esta prenda.

El éxito comercial hace que se haya convertido en unas de las prendas preferidas por los maestros de la piratería. De este modo, son muchos los puntos de venta –grandes almacenes, mercadillos... - donde se pueden encontrar camisetas con diseños prácticamente iguales a los presentados por Custo Barcelona, que desde 1997 presenta sus colecciones en la pasarela de Nueva York, aunque sus últimas propuestas las dio a conocer en la pasarela londinense. Debido a este fenómeno, Custo Dalmau ha interpuesto un total de 50 denuncias judiciales, de las que 16 han llegado a la mesa del juez. En todos los casos, el juicio ha sido ganado.

Lo que verdaderamente preocupa al diseñador catalán, que ha visto sus creaciones reproducidas incluso por grandes firmas, es que la gente se canse de sus diseños y que estos pierdan el prestigio y personalidad que les caracteriza. “No tenemos ni idea de si la piratería nos hace perder dinero, pero corremos el riesgo de saturar el mercado, de perder el sello de exclusividad”, señaló el modisto, que recientemente abrió en Barcelona la que pretende sea su tienda insignia.

La alarma de la piratería se disparó hace dos años cuando el diseñador comprobó en la feria de moda de Las Vegas que aproximadamente el 50 por ciento de los stands de ropa juvenil tenía copias de sus modelos. Desde entonces ha visto como el fenómeno made in Custo (hecho por Custo) se extiende. De hecho, recientemente comprobó cómo hasta en Bangkok, donde se encuentra el mercadillo de copias más famoso del mundo, se vendían reproducciones exactas de sus camisetas.

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