Christopher Bailey revive el clasicismo de los inicios de la firma Burberry

El diseñador londinense sustituye al revolucionario Roberto Menichetti como director creativo de este imperio inglés de la moda

Mini Anden, protagonista del otoño-invierno 2001 de Burberry.

Christopher Bailey trabajó en el estudio de diseño de la casa italiana Gucci.

Roberto Menichetti revolucionó la firma con nuevas aportaciones.

Kate Moss y Liberty Ross, protagonistas de la campaña de Burberry.

Tras muchos años de cambios, la firma inglesa Burberry vuelve a recrear el estilo clásico y británico que la caracterizó en sus inicios. El responsable de este renacimiento es su nuevo director creativo, el londinense Christopher Bailey. Este diseñador, que trabajó cinco años en el estudio de diseño de Gucci, sustituye a Roberto Menichetti, quien abandonó esta casa de modas a principios del año 2001. Su presentación oficial se produjo el pasado mes de junio durante la Semana de la Moda italiana de hombre (primavera-verano 2002).

Con Christopher Bailey, los diseños de la firma inglesa, fundada en 1856, hacen un guiño a sus primeras creaciones. “Quiero volver a las raíces de la casa y explorar lo que significa ser británico”, confesó Bailey. Además, líneas juveniles se recrean en cada ropa o complemento. “Hemos intentado hacerlos más jóvenes –los diseños-, ya que hay un sentimiento de juventud en Londres, y he querido traer algo de esto a Burberry”, afirmó el diseñador británico de 30 años.
Atrás quedan las colecciones de Roberto Menchetti, en las que las prendas propias de un motorista, como los pantalones y cazadoras de cuero, eran un rasgo definitorio del creador, que las incluía en todos sus desfiles.

La nueva generación
Junto a estas líneas de hombres apasionados de las motocicletas, Roberto, que fue fichado por Burberry en 1998 y es el sustituto del italiano Cerruti, revolucionó la firma combinando la confección artesanal con las innovaciones tecnológicas más sorprendentes. Así creó la denominada “nueva generación”. Las ropas y los complementos, que comenzaron a fabricarse en la década de los 60, dejaron de lado el clasicismo británico para seguir líneas más actuales y funcionales. “Es muy importante poder usar la misma ropa en diferentes ocasiones. No quiero llevar distinto look para estar en la oficina, montar en bicicleta o acudir a un cóctel. El hombre moderno no tiene tiempo de cambiarse”, expresó este diseñador nacido en Nueva York, que se marchó a vivir a Italia a muy temprana edad.

Durante su estancia en la firma, se llevó a cabo el primer desfile de la marca (febrero de 1999) y la salida al mercado de sus fragancias Burberry Touch para hombre y mujer.

Además, su renovación quedó patente en las campañas publicitarias, donde el blanco y negro era el protagonista. Se acabaron las modelos que posaban serias y quietas. Con Menichetti, se las fotografiaba en actitudes cotidianas, como paseando y hablando. Estrellas de estos anuncios fueron las británicas Kate Moss y Liberty Ross.

Un imperio británico de la moda
En 1856, Thomas Burberry abrió un comercio de telas en Hampshire (Inglaterra). Poco a poco, fue creciendo y se convirtió en un auténtico imperio de la moda, cuya primera tienda se abrió en 1890 (Londres).
Su mayores éxitos fueron la creación de la tela de gabardina, junto con el dueño de una hilandería de algodón, y los típicos estampados de cuadros de color rojo, camel, negro y blanco que se convirtieron en sinónimo de la marca.

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