 |
|
La familia Ferragamo, controladora de un imperio de lujo y sofisticación, posan al completo en un jardín.
|
|
El edificio, que tiene dos fachadas (una va a dar a la via del Tornabuoni y a la plaza de Santa Trinita, y la otra asoma al río) conoció a lo largo de los siglos distintos propietarios: Spini, Guasconi, Bagnano y Feroni, todos ellos de destacadas familias florentinas. Después, en 1856, fue comprado por el Municipio de la ciudad y de 1860 y 1870, cuando Florencia fue capital del reino de Italia, albergó el Ayuntamiento. Vendido a la Caja de Ahorros, regresó a las manos privadas del conocido como "zapatero de las estrellas" en 1983 para instalar la sede de su empresa. Ha sido recientemente restaurado, mostrando impecables obras del arte florentino de los siglos XVII y XVIII. En particular, destaca la capilla del palacio, decorada al fresco por Bernardino Pocetti que representa una de las obras más valiosas y raras que se pueden apreciar en un palacio privado florentino.
Es, sin duda, el marco ideal para albergar los diseños de zapatos más arriesgados y bellos de la historia del calzado.
Salvatore, que nació en 1898 en Bonito (Italia), un pueblo modesto que vivía de la pesca, se lanzó muy joven a un viaje a los Estados Unidos donde abrió una tienda de zapatos a medida. En poco tiempo, sus zapatos causaron sensación entre los actores y actrices de Hollywood y fueron estos quienes hicieron de él "el zapatero de las estrellas o el de los sueños" como era conocido. Sin embargo, Salvatore que adoraba su país y su tierra, regresó a Florencia y abrió un taller y una tienda en el Palacio Spini Feroni, haciendo de él la meta de la jet-set internacional, Cary Grant, Judy Garland, Greta Garbo, Audrey Hepburn, Katherine Hepburn, Marilyn Monroe, todos y todas querían unos Ferragamo porque sabían que, además de llevar arte en los pies, sus zapatos siempre serían benevolentes con sus delicados pies. Actualmente, lo que fuera una exposición itinerante, que estuvo en el Victoria y Albert Museum de Londres y sucesivamente en el Conty Museum de Los Ángeles, registrando cada vez un gran número de visitantes, se encuentran de forma permanente en este edificio, que cuenta con una biblioteca especializada en la historia de este genio y del arte del calzado.
El gran sueño del fundador de la firma Salvatore Ferragamo era vestir a la mujer "de los pies a la cabeza" y se hizo realidad gracias a la creación de una Fashion House como lo es hoy la sociedad homónima.
Con sus líneas de marroquinería -zapatos, bolsos y accesorios- prendas de vestir femeninas y masculinas, foulards, corbatas y bisutería, ha introducido en todo el mundo su estilo clásico-contemporáneo intemporal. Y, naturalmente, lo que faltaba era una fragancia y ya cuentan con una para hombre y otra para mujer más la complementaria línea de baño y aseo.
Sus zapatos-esculturas, verdaderas obras de arte por las formas y el uso de soprendentes materiales, calzaban a las divas del cine y a la alta sociedad de todo el mundo. Salvatore inventó el tacón "Stiletto", la plataforma de corcho y la sandalia invisible: todo ello basado en el estudio riguroso y científico de los pies. El feliz encuentro entre la creatividad y el confort, entre la artesanía y la industria, marcó el universo de los productos Ferragamo.
|
)
)
)
)
