1

Balmain remata sus diseños con sombreros de ala del torero Enrique Ponce

Ungaro completó la jornada con su soberbia y lujosa colección

Uno de los diseños de Óscar de la Renta para la marca francesa Balmain. La modelo luce uno de los sombreros andaluces de la colección particular del torero Enrique Ponce.

La colección presentada por la casa de modas francesa Balmain llamó mucho la atención. Óscar de la Renta, su diseñador, eligió como principal motivo inspirador la estética española, aunque también mostró diseños de línea tradicional rusa. Para conseguir dar unas notas más folclóricas a este look hispano, el modisto de origen dominicano utilizó como complementos peinetas con mantilla negra y, algo muy sorprendente, una amplia muestra de sombreros de ala pertenecientes a la colección privada del diestro español Enrique Ponce, cuya mujer, Paloma Cuevas, presente en el desfile, aplaudía entusiasmada a pie de pasarela.

Óscar de la Renta rompe con sus propuestas de Alta Costura otoño-invierno 2001-2002 con la la estética asiática que muchos diseñadores proponen para las próximas temporadas. Para él, el folclore español, y, en menor medida, la vestimenta rusa propia de la época de Catalina La Grande, son la base de su colección.

Las modelos vistieron diseños raciales, en los que destacaban como nota dominante los volantes en tafetán y las toreras bordadas en azabache. Chaquetas de smoking cuidadosamente decoradas, vestidos de guipur lacado, encajes rematados en pedrería y faldas de satén con cuentas eran otras de las propuestas presentadas por el diseñador dominicano. Junto a todo este lujo, prendas mucho más sencillas, como abrigos de algodón y blusas de muselina, convertían la colección en algo más próximo y ponible.

El lujo de Ungaro
La jornada prosiguió con el desfile de Ungaro. Después de más de cuarenta años en el mundo de la moda, el diseñador francés ha vuelto a demostar ser un maestro en el arte de la Alta Costura. El modisto convirtió el viejo mercado de frutas y verduras de Le Marians, en pleno centro de París, en un palacio de estilo oriental, donde las modelos lucieron sus diseños.

El francés demostró en cada uno de sus diseños su larga y profunda relación de amor con la alta costura. En su colección estaban presentes todos los elementos de la pasarela más lujosa: encajes, bordados, lanas de seda, cachemir, terciopelo, tefetán y por supuesto las pieles.

Mostró en la pasarela modelos envueltas con suavidad en ricas telas, que daban la sensación de que se iban a evaporar y cuellos barrocos o asimétricos dejando al aire el hombro de una manera muy sensual. Para los trajes de noche, los reyes indiscutibles de la Alta Costura, no escatimó en adornos como volantes, pliegues y collares. Los vestidos lucían vertiginosos escotes y largas e infinitas caídas en pliegue.

“Quería mezclar la sofisticación con elementos más primitivos”, declaró Ungaro que utilizó los retratos de Boldini para estamparlos en grandes cinturones de plata, collares de dientes y otros accesorios traídos desde lugares tan lejanos como Uzbekistán y Madagascar.

1

 Noticias relacionadas

Volver a inicio

Prohibida su reproducción total o parcial. ©2006 Hola, S.A.