Cómo calmar a un perro con miedo a los petardos en Navidad

Claves para que las mascotas se sientan más seguras, evitar un ataque de pánico o conductas como que se escape y tenga un accidente.

Por Nuria Safont

Un perro y un gato con miedo a los petardos sufre. Si está en casa, lo primero que hará será esconderse hasta que pasen los ruidos fuertes. Probablemente, temblará. Algunos pueden babear, aullar, jadear, entre otros síntomas. Si está en la calle y el petardo o los fuegos artificiales os pillan desprevenidos, el peligro es mayor, porque el animal asustado puede escaparse, con el consiguiente riesgo que esto supone para su vida. Por ello, para evitar disgustos y que lo pase mal, hay que saber cómo calmarle

“La pirotecnia causa fuertes ruidos que comprometen el aparato auditivo de los animales, causándoles cambios en sus comportamientos, miedos y hasta fobias, suponiendo un serio problema para el bienestar del animal”, señala Lidia Moreno Monje, veterinaria de AniCura Estoril Hospital Veterinario. “De hecho, la fobia más recurrente en perros es la relacionada con los ruidos fuertes, como lo son aquellos producidos por la explosión de petardos y cohetes” añade.

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¿Por qué tienen tanto miedo a los petardos?

Como nos recuerdan desde Demascotas, los animales de compañía, no solo perros, también gatos, y otros animales del entorno, tienen una sensibilidad auditiva muy superior a la de los humanos. "Las personas tienen una capacidad aproximada para percibir hasta 20.000 hercios, los perros casi triplican este nivel, con 50.000 hercios como tope, y los gatos llegan hasta los 100.000", señalan. Conociendo esta cifra, nos podemos hacer una idea de lo que supone para ellos el ruido de un petardo o de fuegos artificiales. De hecho, si el ser humano puede estremecerse al escuchar la explosión de un artefacto, esta sensación puede hasta quintuplicarse en nuestras mascotas y otros animales salvajes. 

Pero el miedo no solo es por el ruido, los fuertes estruendos suelen provocar grandes vibraciones, que se captan a través de las huellas de sus patas. Por otro lado, el humo generado por la combustión y la coloración de los fuegos artificiales (con el potasio, el bario, el cloro y el estroncio como principales compuestos integrados), que se puede inhalar o contaminar el agua del suelo, puede ser muy perjudicial para ellos.

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Síntomas de que mi perro tiene miedo a los ruidos fuertes 

Como decíamos, es fácil darse cuenta de que nuestra mascota está entrando en pánico al escuchar estos ruidos. Algunos canes solo te mirarán para saber cómo reaccionas y, si te ven calmada, puede que solo se queden en alerta. Pero para otros, esto será insuficiente. "Entre las señales que suelen mostrar los animales ante un artefacto de este tipo, destaca el aumento de la frecuencia cardíaca y de la respiratoria, aullidos, ladridos continuos, inquietud, ansiedad, aumento de la generación de saliva, vómitos, micción o defecación involuntaria, temblores, pérdida del apetito, irritabilidad e, incluso, abortos espontáneos por el estrés", nos cuentan. 

En cuanto a los gatos, añade Lidia Moreno, muchos de los signos pueden llegar a pasar desapercibidos, ya que en general tratan de ocultarse o escapar; otras veces pueden correr detrás de los explosivos, con los riesgos que conllevan.

Moreno recuerda que todas las señales y signos de miedo en nuestra mascota deben tenerse en cuenta, puesto que pueden desencadenar en un ataque de pánico, ante el cual lo más recomendable es mantener la calma, además de no bloquear ni regañar al animal. Ante un caso crítico que no podamos manejar, debemos acudir al servicio veterinario de urgencias más cercano.

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Qué hacer para protegerles

Si se teme que se vayan a usar estos productos cerca, se puede recurrir a algunas medidas para paliar sus efectos:

  • Exposición controlada desde edades tempranas a sonidos fuertes para que se familiaricen a estos estímulos externos.
  • Insonorizar la casa cerrando ventanas, persianas y puertas. 
  • Establecimiento de una zona segura en el hogar, donde el animal se sienta cómodo y a salvo y disponga de todos los recursos necesarios (comedero, bebedero, cama, juguetes, etc.).
  • Probar con música suave de fondo que le relaje.
  • Uso de aceites esenciales que sirva para que descanse.
  • Largos paseos para que duerma plácidamente al regresar a casa.

La pólvora es un producto muy extendido en las grandes fiestas y, como no podía ser de otra forma, la Navidad no podía ser menos. Por tanto, está en manos de todos colaborar para que los animales no sufran con estos estruendos y se vivan unas fiestas en paz para todos.

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