Cannes, Portofino, Niza, Mónaco, Saint-Tropez... son la Riviera francesa y la italiana, uno de los rincones mediterráneos preferidos por la jet set, y cuna de un estilo de vestir propio, especialmente relevante en los meses de verano, y muy en concreto para el armario del hombre. La Costa Azul originalmente comprendía desde la ciudad francesa de Marsella hasta Génova, al norte de Italia, y a lo largo de todo el siglo XX ha sido uno de los destinos vacacionales con más glamour, y también uno de los más bellos: su nombre proviene del azul de sus aguas, con playas de arena dorada, lujosos resort y clubs, puertos marítimos, yates y un buen número de caras famosas día sí día también, que comienzan a desfilar por el paseo marítimo de Cannes durante su festival de cine, y ya no terminan hasta bien entrado el mes de septiembre.
El look 'French Riviera' ha tenido sus defensores a lo largo de las décadas, manteniéndose inalterable a las tendencias: los primeros jetseters comenzaron a llegar en los años 20 y 30, aunque no fue hasta la década de los 60, con el actor Alain Delon y su particular joie de vivre, y Grace Kelly, que cambiaba los bulevares de Hollywood por los de Mónaco tras su boda junto a Rainiero en 1956, que todas las revistas del papel cuché comenzaron a poner sus objetivos en este litoral del Mediterráneo, convirtiéndolo en sinónimo de destino de lujo.
EL LOOK
El traje de verano caracteriza ciudades como Cannes, San Remo o el distrito de Montecarlo, conocido por su alta concentración de casinos, glamour y celebrities de todas las edadas, y donde hay que ir impecablemente vestidos a cualquier hora del día (incluso en la playa); eso sí, sin olvidarse que en esta zona del Mediterráneo las temperaturas en pleno mes de julio superan los 30 grados. Conjuntos como el traje sastre color arena, una tendencia de la que hemos hablado en clave celebrity, y que esta temporada vive su particular revival entre las principales firmas de sastrería, es un básico del que parten muchos de los looks en tonos pastel preferidos por los amantes de la Costa Azul.
De hecho, las colecciones Crucero tinen su origen en este rinconcito del mundo: de las lanas y alpacas pasamos a texturas mucho más ligeras, como el lino o el algodón, además de hechuras veraniegas como la bermuda y el short para hombre, siemprecon americana o en su defecto una camisa en tonos neutros. Las camisas, ligeras y transpirables, deben ir en colores claros, que 'repelan' los rayos del sol y ayuden a mantener la temperatura corporal bajo control. Si vamos a optar por una estampada en lugar de lisa, es mejor mantenerse dentro de los márgenes de los motivos florales (el cuadro se reserva para otra ocasión), los detalles ornamentales y cenefas, y los motivos geométricos más veraniegos. Las únicas rayas que valen: las horizontales, de estilo marinero, que es mejor reservarlas a los jerseis de punto o t-shirts, o las verticales que se alejan del estilo diplomático, en colores como el celeste y de aire más informal. La camiseta no es la única prenda al margen de la camisa que admite este look: también el polo piqué con chinos y mocasines de verano o espardeñas funcionan.
Los complementos, de hecho, juegan un papel importante a la hora de vestir este tipo de atuendo clásico, formal y de verano. En lugar de la corbata o pajarita, se puede optar por un fular para el cuello en lino o rafia en color beis o azul índigo, además del pañuelo de seda en el bolsillo de la pechera, en colores más brillantes o con estampados, que añaden una nota de fantasía, manteniendo alto el listón de la elegancia pero rebajando igeramente la formalidad del conjunto. Las gafas de sol y el sombrero para protergse de los rayos de sol son otro must durante el día, especialmente el sombrero de paja panameño.
Elegimos diez prendas con las que construir este look en la galería de imágenes.
