Uno, dos o tres botones: he ahí la cuestión. La etiqueta masculina impone que la camisa, independientemente de la época del año que sea, vaya abotonada prácticamente hasta la barbilla, con poco espacio para la improvisación. Claro que la pasarela no siempre sucumbe a las leyes del vestir: nombres como Hermès, Gucci o DSquared2 echan la vista atrás, y se desprenden del valor convencional del botón a la hora de fijar una camisa en sitio. Una mirada al lujo cosmopolita y desenfadado de los años setenta, que habla de líneas de hechuras fluidas y botones que pierden su valor, en favor de profundos escotes en uve sobre camisetas de punto, los cuellos deslavazados, y, sobre todo, el descaro italiano de dejar el pecho desnudo y al descubierto.
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Pero, ¿dónde está el límite en este repentino destape masculino? El tercer botón parece una barrera mental casi insuperable para muchos: los más ‘recatados’ siempre podrán esconderse en las sensuales propuestas de Roberto Cavalli, combinando un pañuelo de seda bajo la pechera, o las gasas de paisley y tejidos estampados con americana de Etro. ¿Quieres ver más de cerca la tendencia más sexy de la temporada? Sumérgete en nuestra galería de imágenes.
