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Foto Sumario 11
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Imagen de Gunilla, su hijo Francisco y su
ex marido Luis Ortiz disfrazados de
puro Caribe



A originalidad no la gana nadie. Gunilla von Bismarck celebró su cincuenta cumpleaños a ritmo caribeño en su castillo familiar de Friedrichsruh, en Alemania. Una fiesta con sabor tropical en la que todos los detalles estaban cuidados al máximo. El decorado -con cocodrilos de cartón, playa artificial, barco pirata etcétera-, el menú, las invitaciones... La anfitriona y su familia llevaban unos símpaticos y exóticos disfraces. Gunilla se vistió de Carmen Miranda; su hijo Francisco de guerrero hawaiano, y su ex marido, Luis Ortiz, emuló a Bob Marley.

Fueron tres días de fiesta. Los Reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia, acudieron a la fiesta como unos invitados más. Todos los asistentes pudieron disfrutar de la sencillez y simpatía del monarca sueco -compañero de estudios de Gunilla- y de la belleza y elegancia de la Reina -madrina de bautismo del hijo de Gunilla y de Luis-. Entre los invitados estaban Ferdinand von Bismarck, Ivana Trump, Alvaro de Marichalar, la princesa Ira zu Füstenberg y la princesa Bea von Auperg.


Foto Sumario 12

Francisco Ortiz von Bismarck baila con
su madrina de bautismo, la Reina Silvia
de Suecia
Ella se vistió de Carmen Miranda; su hijo Francisco, de guerrero hawaiano, y su ex marido, Luis Ortiz, emuló a Bob Marley

GUNILLA VON BISMARCK AL MAS PURO ESTILO CARIBEÑO EN SU CINCUENTA CUMPLEAÑOS

El Rey Carlos Gustavo de Suecia, compañero de colegio de Gunilla y la Reina Silvia estuvieron en la fiesta sin ningún tipo de protocolo


Foto Sumario 12

Divertido momento de la fiesta.
Los invitados bailan La Conga encabezados
por los anfitriones



El baile lo abrió la Reina Silvia con su ahijado Francisco, quien durante la cena dedicó un pequeño discurso a su madre y a los invitados. "(…) Mi madre quería sentirse en el Caribe esta noche. Todos hemos respetado la consigna de la anfitriona y hemos venido vestidos al más puro estilo caribeño".

La fiesta resultó todo un éxito. Original y divertida porque, después de todo, cincuenta años no se cumplen todos los días.

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