A lo largo de las últimas semanas, es probable que hayas notado cómo tus niveles de estrés y ansiedad han aumentado. No solo por lo complicado de la situación actual, sino por todo lo que el encierro ha traído consigo. Como bien han apuntado los expertos, la falta de contacto con la naturaleza, el sedentarismo y los cambios en la rutina son factores que alteran el estado mental, así como el sistema inmunitario y digestivo. Todo ello, sumado a la imposibilidad de rodearte de tus seres queridos y las horas extras (o precisamente la falta) de trabajo, tiene un impacto negativo sobre el cuerpo y la mente. Sin embargo, existen multitud de métodos y rutinas que pueden ayudarte a combartirlo. Desde los trucos de decoración heredados del feng shui con los que dormir mejor, a la técnica de meditación asiática para sentirte mejor.

No obstante, es probable que el simple hecho de encontrar 15 minutos para meditar te resulte prácticamente imposible, ya sea porque los niños no te dejan ni un minuto de descanso o porque a tus días le faltan horas para todas las tareas que tienes pendientes. Por ello te van a resultar especialmente útiles y atractivos los denominados slow rituals. Su nombre lo dice todo: se trata de pequeñas rutinas o rituales que practicas en tu día a día, a los que simplemente debes añadir ese toque de slow livnig. Podríamos decir que estamos ante un derivado del Fika, la filosofía noruega de la felicidad, de la que te hablábamos recientemente. Este estilo de vida heredado de los países nórdicos invita a tomarse las cosas con calma y, más concretamente, hace referencia al descanso para el café y la importancia de aprovecharlo al máximo para desconectar de los problemas y dejar fluir la mente. 

En esta misma línea, los slow rituals consisten en aportar un toque de mindfulness a tus rutinas más cotidianas, tales como tomarte una taza de café, darte una ducha o ventilar las diferentes estancias de tu hogar. Su dinámica es muy sencilla. En lugar de tomarte tu café mientras trabajas, lo que en muchas ocasiones provoca que termine frío, lo adecuado sería degustar tranquilamente la taza, disfrutando de los matices de su aroma y su sabor, aunque sea durante 5 minutos. Del mismo modo funcionaría pararse a respirar aire fresco al abrir las ventanas cada mañana y dedicar un momento a observar y escuchar la naturaleza, una de esas experiencias acústicas para reducir la tensión que el tenor José Manuel Zapata y la terapeuta Capucine Demnard nos proponían en ¡HOLA! living mayo. 

Otra opción es aprovechar los paseos diarios para disfrutar de ese momento de desconexión, en los que podrás incluso experimentar los Baños de bosque, o aromatizar el baño con velas y poner música relajante cuando te vayas a duchar. Pequeños detalles que no suponen apenas esfuerzo ni tiempo, y que por el contrario transformarán por completo tu día y te ayudarán a liberar estrés, relajarte y sentirte mejor contigo misma y con tu entorno.