La meditación es una de las prácticas más efectivas para reducir el estrés, especialmente si la combinas con la rutina de 7 pasos para ser más feliz y filosofías tales como el fika o el hygge, con los que desconectar y potenciar ese sentimiento de bienestar. Pero además, meditar fortalece el sistema inmunológico, mejora la capacidad de atención, la memoria y las funciones cognitivas y te ayudará a concentrarte mucho mejor, aumenta la tolerancia al dolor, favorece los pensamientos positivos y te permitirá empatizar mucho mejor con los demás. 

Sin embargo, a muchas personas les resulta especialmente complicado alcanzar ese estado de completa liberación mental. El secreto reside, sencillamente, en la práctica. Y para ello lo único que se requiere es fuerza de voluntad y el compromiso de dedicarle unos minutos al día, hasta que forme parte natural de tu rutina. Aunque con el paso del tiempo se convertirá en un proceso natural, cada vez más sencillo, para empezar puedes ayudarte de esta pequeña guía con los 7 puntos clave para aprender a meditar.

Escoge la ropa más cómoda de tu armario

Para conseguir un buen ejercicio de meditación, la comodidad es un requisito crucial, por lo que deberás escoger las prendas amplias o elásticas en tejidos agradables, que te proporcionen un alto grado de confort. 

Crea tu propio rincón de meditación

Puede ser una habitación, un sillón, tu cama o simplemente un cojín en el suelo. Lo más importantees que se trate de un lugar tranquilo en el que te sientas cómoda y al que no lleguen los ruidos del exterior. 

Prepara el espacio

Es importante que te asegures de que no va a haber nada que pueda distraerte. Apaga el teléfono móvil, las alarmas y los aparatos electrónicos y, si vives acompañada, pide al resto de habitantes de la casa que no te molesten en, al menos 10 o 15 minutos. Baja la persiana, cierra la puerta y estarás lista para empezar. 

Adopta la postura correcta

Si es la primera vez que practicas la meditación y no tienes demasiada flexibilidad, no es necesario que cruces las piernas. Bastará con que adoptes una postura cómoda que facilite la concentración en la mente y la respiración, que deberá hacerse de manera calmada. 

Centra tu mente en un objeto o la respiración

Respira profundamente centrando tus pensamientos en el proceso de inhalar y exhalar, tratando de mantener la mente en blanco. También te puede ser de gran utilidad concentrar toda tu atención en un objeto. Si te cuesta mucho o incluso no consigues despejar la mente, no te des por vencida, la meditación es una técnica que requiere mucha práctica y constancia

Deja fluir tus pensamientos

En este estado, es muy probable que tu mente se llene de una gran variedad de pensamientos: desde todas esas cosas que te preocupan a tareas que tengas pendientes e incluso reflexiones o recuerdos que pensabas olvidados. Si esto sucede, déjalos fluir y vuelve a centrar tu atención en la respiración o en un determinado objeto. Precisamente, la meditación se basa en la idea de que, para alcanzar el bienestar mental, se deben aceptar los pensamientos y las emociones sin tratar de luchar contra ellos. 

Una vez consigas establecer una rutina, cada día te será más sencillo llevarlo a cabo y en unas semanas empezarás a notas los beneficios de esta práctica, que sin duda va a ser el primer paso para alcanzar ese estilo de vida slow, en armonía contigo misma y con el entorno que te rodea.